Solo a mí se me ocurre centrar mi proyecto de vida en un negocio de compraventa de artículos esotéricos relacionados, en esencia, con el neopaganismo y las religiones de la Nueva Era. Ese negocio no tiene demasiado futuro en España, las cosas como son; y no porque no haya adeptos de dichas religiones, sino porque tampoco son tantos y el dinero que consiga no va a ser suficiente como para vivir de ello. Por eso, y tras dos o tres años meditando en la posibilidad seriamente, he decidido irme a vivir a Inglaterra, asentarme y abrir allí el negocio. Es cierto que allí tendré más competidores, dado que se trata de la cuna de este tipo de religiones; pero no es menos cierto que podría triunfar.
Ahora viene el verdadero problema: mi nivel de inglés. No es que sea medio, es que es nulo; en su día, nunca me gustó el inglés, me aburría y jamás puse suficiente empeño en aprenderlo. Ahora me arrepiento, cómo no; pero nunca es tarde si la dicha es buena: he decidido apuntarme a cursos de inglés en Madrid mientras ahorro para marcharme definitivamente. Por suerte, vivo en la capital, lo cual significa que tengo a mi disposición un sinfín de cursos de inglés en Madrid. No me interesan las clases a domicilio, sino que quiero desplazarme e integrarme en un grupo; siempre he visto eso las veces que he pasado frente a una academia y me encanta. Me ayudará a motivarme (soy una persona sociable).
Es increíble la cantidad de ofertas que hay para aprender inglés; de hecho, incluso hay cursos de inglés para empresas. Mi negocio no será una empresa y, además, tampoco estará en Madrid, así que no me sirve; pero la verdad, considero fantástico que se oferten este tipo de cosas. Porque, encima, los precios no son elevados. |