Hay negocios que no requieren mayor seguridad que unas simples alarmas. Quiero decir, una tienda que se localice en un barrio donde todos se conocen y que se base en la venta de productos del sector de la alimentación, probablemente no requiera contratar sistemas de seguridad demasiado costosos y que vayan mucho más lejos de una alarma. Sin embargo, existen otros comercios en los que se maneja mucho más dinero y que sí precisa de una seguridad más rigurosa. Se me ocurre que podría este ser el caso de joyerías o de los negocios que tan de moda están ahora de compraventa de artículos de oro: bisutería y joyería en general.
Sobre todo aquellos que gozan de cierto prestigio y que se caracterizan por unos beneficios cuantiosos, esos negocios necesitan de vigilantes de seguridad que se ocupen de asegurar el buen desarrollo de estos sin necesidad de que los propietarios teman posibles robos, asaltos ni nada por el estilo.
La crisis económica, aunque muchos no hayáis pensado todavía en ello, ha hecho que la labor de los vigilantes de seguridad sea más que necesaria en muchos comercios, sean estos grandes o pequeños, dado que se han visto afectados por aluniceros y otros delincuentes que han causado numerosas pérdidas para el negocio.
En efecto, si hay alguna profesión que ha logrado tener cierto éxito por causa de la crisis, ese es el del trabajo de vigilantes. Precisamente, la razón principal por la que se ha generado este interés hacia el trabajo de vigilantes es la cantidad de robos a la que se han visto sometidos los propietarios de locales. Incluso aquellas pymes sin gran reconocimiento, restaurantes, gasolineras, etc. han sido objeto de numerosos asaltos durante los últimos seis años, si bien es cierto que cada año desde sus inicios se incrementaba el número de delitos de este tipo. |