No hace aún ni una semana que mi familia y yo nos llevamos un buen susto. Al parecer, iba mi padre tan tranquilamente a trabajar en su coche, como siempre, cuando otra persona lo embistió de costado. Él sostiene que el semáforo estaba en rojo para esa persona; pero, evidentemente, la otra afirma lo contrario. ¿Qué más da? El caso es que el golpe no fue moco de pavo: el coche quedó destrozado y, por fortuna, mi padre no sufrió más que un dolor de cuello y unos cuantos moratones bastante feos. Bien está lo que bien acaba, dicen... aunque probablemente se haya quedado sn su coche para siempre.
A mí me da mucha pena. Él dice que no le importa, que por lo menos está vivo, pero yo sé que va a echar mucho de menos ese mercedes que lo ha acompañado durante casi diez años. De hecho, le he estado dando vueltas al asunto, y sobre todo al tema de cómo irá mi padre a trabajar cuando se recupere; el trabajo le queda bastante lejos de casa. Así pues, he reunido a mis hermanos, porque por suerte trabajamos todos, y les he propuesto lo siguiente: buscar una buena oferta de coches y comprarle uno nuevo a mi padre; entre todos, naturalmente, esto no hace falta ni aclararlo.
Creía que iba a encontrar oposición, pero resulta que todos mis hermanos sienten la misma pena por mi padre y les pareció una idea genial. Estupendo. Sé que aquí hay bastantes ofertas, y además, hemos encontrado una página que puede servir: www.cochesdeocasion.com/coches-segunda-mano. Evidentemente, solo podemos comprar un coche de segunda mano; pero sé que la mayoría de coches de ocasión están como nuevos, así que no creo que sea excesivamente difícil dar con uno que esté en óptimas condiciones. Me encantará ver la reacción de mi padre cuando vea el coche. |