Cuando dos personas se casan y lo hacen ante los ojos de Dios, o sea, por la iglesia, hacen un juramento de por vida. Eso de "juro serte fiel en la tristeza y en la alegría, en la salud y en la enfermedad, hoy y todos los días de mi vida y hasta que la muerte nos separe" es conditio sine qua non en toda boda. Vamos, que cuando te casas lo haces con todas las de la ley. Y si no estás cumpliendo con tus obligaciones como marido o mujer, lo mejor es un divorcio a tiempo.
Con respecto al rezado, debo confesar que nunca me he casado, por lo que si no es al cien por cien como lo he contado, parecido al menos seguro que sí. A lo que iba, que muchas veces uno se casa más por el compromiso de no decir que no a su pareja y por no quedarse en mal lugar que por la ilusión de pasar por el altar. Eso, a mi modo de ver, no va a suponer más que un mal trago por el que va a pagar su pareja el resto de sus días.
Porque cuando uno no quiere casarse y se siente obligado, está más pensando en sentirse culpable por haberlo hecho que en cumplir el testamento que juró. Ese es el problema realmente, que no cumplen con su palabra como esposos y esposas y es entonces cuando el divorcio es casi insostenible, puesto que cada vez dedicas menos tiempo a tu pareja, la cuidas menos y cada vez te importa todo menos.
Mi primera recomendación ante ello es no casarse si no se está seguro. La segunda, una vez casados, lo mejor es que acudas a abogados en divorcio y te informes de todos los derechos y deberes que has de cumplir de momento como pareja. Los abogados en divorcio suelen ser entre otras cosas buenos consejeros. |