Para conseguir mi sueño, que era formar parte de la Policía Nacional, tuve que esforzarme bastante, pues no sólo tenía que estudiar diariamente los manuales de las oposiciones y hacer el ejercicio necesario para superar las pruebas físicas sin la mayor dificultad, sino que también tenía que ir a trabajar para poder ayudar en casa y que la economía familiar fuese suficiente para que mis hermanos no tuvieran que abandonar sus estudios.
Hay momentos en los que se piensa en tirar la toalla y adaptarnos a las circunstancias que de vida que a cada persona nos toca vivir, pero con un poco de esfuerzo y algún desvelo que otro hoy puede disfrutar de una trabajo que me gusta, levantándome cada mañana con una sonrisa por haber conseguido mis metas, agradeciendo a la familia el apoyo, ya que sin ellos mi destino sería muy distinto.
Una de las mayores alegrías de mi vida fue entrar en esta institución y poder ejercer mi trabajo cada día, aunque actualmente me planteo nuevas metas laborales. No estoy dispuesto a cambiar de profesión, sólo que hay que seguir avanzando en la vida y, como no, en el aspecto profesional, aspirando a nuevas metas.
Esta vez he decidido matricularme a una academia de la Policía Nacional, con la intención de formarme en el menor tiempo posible y de la mano de verdaderos profesionales en el sector, pues no es lo mismo ser un policía a pie de calle, por así decirlo, que convertirse en un inspector de la escala Ejecutiva.
Normalmente cuando nos apuntamos en una academia, no tenemos que llevar nosotros mismos el material, ya que son ellos los que nos facilitan todo lo necesario para superar estas pruebas, aunque yo me he adelantado y ya tengo los manuales de estas oposiciones, pues un buen amigo y compañero me los dejó, así que en la academia me han echo un pequeño descuento, pues el precio incluía todo el material de dichas oposiciones. |