Alternativas como las que ha llevado a cabo la Universidad de Oviedo son las que hacen falta en los tiempos de crisis que corren. Siempre hay una tendencia innata a afirmar que la sociedad ha avanzado de forma considerable y que hoy en día hay servicios para el uso y disfrute de toas las personas. Me gustaría saber si todos los ciudadanos de España piensan así o si soy la única loca del pueblo que cree que aún hoy y aún hablando de avances sociales a la última de las tecnologías y modernidades, sigue habiendo igualdad para todos en absolutamente todas las condiciones. Sinceramente, quien lo crea así es porque no sufre pérdida de audición ni ninguna otra discapacidad o dificultad.
Hay muchas cosas para las que estas personas están limitadas total o parcialmente. Pongamos el ejemplo de que hay un accidente, sea del tipo que sea, y se está avisando a los vecinos a media noche mediante megafonía. Imagina que un individuo sordo vive solo en casa, ¿cómo se entera de que lo están avisando? Honestamente, a mi no se me ocurre nada. Y he aquí ya dos limitaciones: ni puede vivir solo (en casos extremos) ni puede escuchar que se le está avisando de, por ejemplo, un escape de gas que aún no ha llegado a su olfato pero que puede estallar en cualquier momento. Sí, ya sé que es un caso extremísimo, pero puede darse perfectamente, ¿es o no?
Por ello, alternativas como las de la Universidad de Oviedo de instalar bucles magnéticos para mejorar la accesibilidad de las personas con discapacidad auditiva que necesitan un audífono para oír o que tienen un implante coclear son las que hacen falta en un país que por mucho que quiera fingir no está preparado para que la igualdad social tenga cabida. |