Le deben sonar nombres como Moscatel, Merlot, Chardonay, y seguramente el nombre le viene primero con olores, con sabores, antes de poner la palabra en su boca, Sauvignon Blanc, Cabernet Souvignon, Franc, bouquet de las uvas uruguayas.
Tannat, es una planta llevada a la que entonces se denominaba La Banda Oriental, cerca de 1870, desde Argentina.
Paises hermanados por el fuerte pazo de la uva. Desde Argentina las uvas son llevadas a Uruguay, que a su vez fueron traídas desde Francia.
Como hermanos países Argentina y Uruguay, las uvas se adaptaron perfectamente a la fraternidad de la tierra.
La variedad Tannat y la Folle Noir, son el origen de la uva vitivinícola, origen de los excelentes vinos en ambos países.
El visitante al vecino país, no tiene más sentarse en la mesa uruguaya para degustar el sabor del propio país, con sus variaciones, el vino se deja degustar en el paladar argentino.
Cuando Uruguay se incorpora al proyecto Mercosur en 1991, incorpora tecnología de apoyo a su ya excelente historia vitivinícola, con lo que ingresa al ranking del prestigio internacional en vinos, estadio al que ya pertenecía Argentina credenciales internacionales de productora de excelentes vinos.
La zona sur, lindante con Argentina, concentra el 90% de los viñedos uruguayos, con la Tannat, de la que se extrae un excelente Moscatel, como producto insignia, una de las mayores del mundo en cuanto a porcentaje de productividad, ninguna otra uva en el mundo produce beneficios tan altos.
Para los cultores de la naturaleza sabia, hay algunos indicios sobre los que se pueden especular con algunas reflexiones es el hecho de que tanto en Argentina como en Uruguay, ambas cepas se comportan mejor que en el país de origen, Francia, no sólo en el rendimiento sino en el sabor, en el comportamiento de la cepa, en la facilidad con que la planta se adapta al clima y sus caprichos.
La casualidad de los desvíos y conquistas españolas trasladó la planta, por allá, el siglo XVII, que ya había descubierto las bondades de la tierra, de la cual el cultivo de la Tannat, con excelentes taninos, era el preferido de la corte real.
Pensemos en el visitante moderno, como un rey, en Punta del Este, contemplando el horizonte desde el piso 20 del edificio Fontainebleau, contemplando la playa Brava, en los atardeceres mágicos de Punta del Este, exactamente en la misma actitud y momentáneo instante de un rey, degustando los exquisitos vinos uruguayos.
No está lejos de un bolsillo de tiempos modernos, departamento amueblado, con comodidades de garaje, piscina, lavadero, baño completo, habitación matrimonial, y habitación para niños y adolescentes, y tiempo, espacio y circunstancia para degustar un excelente Sauvignon Blanc, a la luz tenue del un atardecer marítimo.
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