En la mesa redonda “Humor”, organizada por Ediciones De la Flor, se presentaron las novedades de los nuevos humoristas gráficos de la editorial. En la mesa estuvieron charlando, bastante distendidamente, a pesar de los reproches de Carlos Garaycochea, la nueva generación de humoristas, encabezada por Ricardo “Liniers” Siri, con Julieta Arroquy, Gustavo Sala, Decur, Alberto Montt y El niño Rodríguez, apadrinados por Quino y Garaycochea. Como ninguno de los participantes quería el puesto de coordinador, comenzaron a bromear con las preguntas típicas que les hacen los periodistas en las entrevistas: cómo empezaron a dibujar, quiénes fueron sus artistas modelo, qué les dijeron sus padres cuando decidieron hacerse dibujantes. Y un poco más en broma que en serio, fueron contando sus comienzos como humoristas gráficos, su relación con la difusión por internet, el trabajo en medios de prensa entre otras cosas. Como los chistes sobre “entrevistas típicas” se multiplicaban en la mesa, la idea de entrevistarlos después de eso parecía una broma de mal gusto. Poco nos importó, y encaramos a El niño Rodríguez cuando menos se lo esperaba, y del modo más tramposo le hicimos una entrevista –casi- hecha y derecha. Eso sí, nos faltó preguntarle ¿quién es El niño Rodríguez?
El niño Rodríguez
Es dibujante de historietas y animaciones, graffitero, publicista, ilustrador y cineasta (Su corto “Ni una sola palabra de amor” se proyecta mañana 2 de mayo en el Centro Cultural de la Cooperación). Publicó Lucha peluche por Ediciones De la Flor. Y empezó la entevista contándonos qué no le gusta de las entrevistas.
NR: Yo nunca vi un reportaje o una entrevista a un autor que me interese más que lo que hace el autor. El autor ya habla.
- Cuando uno lee una entrevista lo que quiere saber es algo casi escabroso…
NR: ¿Del autor o de la obra? Si lo escabroso no se ve en la obra…
- Algo que no se vea en la obra
NR: Hay una cosa que me resulta muy curiosa, nunca -soy medio alien para eso- nunca entiendo bien la curiosidad sobre el autor más allá de la obra. No la entiendo. Pero yo me siento medio alien, porque a todo el mundo le interesa saber qué hace o qué deja de hacer el autor. Muchas veces el periodista, lo que le está pidiendo al autor es que tenga un pensamiento crítico sobre su obra, que tome un lugar de comentarista de su propia obra. Yo lo que digo es: un autor ¿puede hablar de su obra? Si no podés ser crítico de tu obra ni ser comentarista de tu obra ni resumir tu obra. Ese es laburo del resto del mundo. O sea, el único laburo del artista es hacer la obra, el resto es para el resto del mundo. Tenés que estar muy metido en la obra para hacer una pregunta que el mismo autor diga “Ah, mirá”. Porque el autor no se sorprende con tu pregunta. Cuando yo veo un reportaje así a un dibujante, ese periodista se comporta igual que si un día lo mandan a hacer una entrevista a un chabón que ganó el primer premio mundial de taxidermia. Son como esos barrios cerrados culturales donde el periodista primero tiene la obligación de explicar que existe ese universo y después te cuenta lo que hace el otro. Es re gueto la historieta, por eso yo no hago tanta historieta, esto es re gueto. En el comic es como dice Ricardo [Siri], son todos pibes de colegio con traumitas. Son todos chicos de departamento en el mundo del comic, porque básicamente estaban en una pieza encerrados. Para dibujar de grande, estabas dibujando de chico, porque si no, no te da el tiempo para ser bueno.
- La entrevista también es para difundirse
NR: Sí. Tiene una utilidad comercial para el artista, de difusión. Para el crítico tal vez tiene otra utilidad. Es muy raro que influya en tu obra que te hagan un reportaje. Al menos que sea un genio y que te haga una pregunta que digas “nunca se me había ocurrido”.
- Pensaba, por ejemplo, que el chiste gráfico siempre tiene una carga moral, y eso sí podría preguntárselo al autor.
NR: Yo creo que no. Moral, de ninguna manera. Un chiste es una inversión siempre de las cosas. O sea, si el mundo es así, esto es el chiste [lo contrario]. Es una inversión. Cuando vos decís que una inversión del estado de las cosas tiene un valor moral, lo que estás diciendo es tu punto de vista sobre el mundo. Vos tenés un punto de vista moral sobre el mundo.. Igual yo no hago solamente historieta, hago un montón de otras cosas más.
- ¿Cómo qué?
NR: Hago dibujos animados, dirijo cine y escribo. Como otras disciplinas de dibujo, también pinto o hago arte por la calle. Yo hago comic, pero es una disciplina [entre otras], hay muchas cosas que se pueden hacer. Y algunas, es cierto, tienen como otro peso moral, o no sé si es peso moral. El humor, si no duele, es malo. Si no te vas al carajo, no estás haciendo tu trabajo. No zarpándote a lo pelotudo, siendo ofensivo al pedo. Lo que tampoco me molesta, siempre que el remate lo valga. O sea, si sos “pija”, el remate tiene que ser bueno. Si vas a decir cinco pelotudeces para hacerte el incorrecto, que además es lo más “chico de departamento” que hay hacerse el políticamente incorrecto, tenés que ser muy bueno. Si no sos muy bueno, es medio al pedo. No podes quedarte con la primera idea, por ejemplo, es trucho quedarse con la primera idea.
- ¿La primera idea de un chiste?
NR: Cuando a vos se te ocurre un chiste, se te ocurren varias variantes o varios chistes. A lo mejor otros laburan diferente, pero a mí no me pasa que no se me ocurre la idea terminada. Es más bien pedazos de cosas que se arman, y se editan y se acomodan, no es un flash.
- ¿Qué dirigiste en cine?
NR: Se me ocurrió un guión y llamé a amigos, por suerte tengo muchos amigos que laburan en cine. Hice un corto, lo “festivalié” y salió en un montón de festivales y lo tiene el INCAA para pasarlo.
- ¿Cómo se llama?
NR: Se llama “Ni una sola palabra de amor”. Y mañana lo dan en el Centro Cultural de la Cooperación. Hay un montón de directores, además. Viene Iard Said, que ganó el Bafici. Son los cuatro cortos del momento, este, el de Jovic [Alejandro], que actúan las dos Spinetta [Vera y Catarina] que está buenísimo lo que hace con las dos hermanas. Tuvo una re idea para usar dos hermanas como dos actrices haciendo dos personajes. Estuvo muy bien Jovic. El de Iard, y el de Martín Garabal, que ese pibe es director, pero también hacía comic. Dibujaba historieta y tenían una editorial, y ahora está dirigiendo, hay gente que está haciendo las dos cosas. Yo siempre hice dibujo animado, yo hacía un dibujo y me pagaban 10 pesos, y si lo hacía animado, me pagaban 100 pesos.
- Justamente hoy, en la mesa, ustedes se reían de que les pagan poco cuando publican en diarios.
NR: El papel está muerto. Yo los quiero mucho, chicos, pero el papel está muerto. Yo desde el 2000 que laburo para la pantalla. Yo no publico muchos libros. Yo estoy ahora publicando para un diario de papel, y eso se muere. Está todo bien, yo lo quiero mucho al papel, pero el papel es para los domingos. El planeta ya no da para papel todos los días, es hasta incorrecto sacar un diario en papel. Dentro de unos años ya va a ser una guarangada, casi. Publicar en papel va a ser de tipo derrochón, asqueroso. Los domingos sí, porque los domingos son el día del Señor, y en la sociedad de la comunicación, el señor es el diario.
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