Qué sé yo, no quiero ir al congreso para no dar lástima, pero me conmueve la muerte de Sandro, de alguna manera, el hecho de que haya sucedido con tan poca separación de tiempo con Mercedes Sosa, hace de este binomio 2009 y 2010, años que tendrán que remarla mucho para dejar mejor impresión.
Reconozco que el 2009, por muchas razones, fue nefasto, pero como amante de la música, me quedan resabios amargos especialmente por ello.
La música es el latido de los pueblos, cuando un cantante calla, el pulso adquiere arritmia.
Una intolerable diferencia: el funeral de Mercedes estuvo concurrido por muchos de la colonia artística, el funeral de Sandro está adornado con el amor de su pueblo, como Evita, como pocos.
Este es mi homenaje sentido. Lo extrañaremos y nunca lo olvidaremos.
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