En los últimos años han proliferado de manera creciente las llamadas familias ensambladas, en las cuales encontramos los hijos propios, los de la pareja y los de ambos definiendo el nuevo plano de situación.
La llegada de un hermanito en este contexto: En este caso, la mezcla de celos y de enojo ante la llegada de un medio hermano suele ser aún más marcada que dentro del contexto de una familia tipo y requiere de un manejo especial por parte de los padres.
Estas son algunas de las situaciones típicas que suelen presentarse:
Cuando la mama tiene un bebé con una nueva pareja: La rivalidad del hermano mayor tiene que ver con el sentimiento que le despierta el hecho de pensar que el recién nacido tendrá la oportunidad de disfrutar a ambos padres juntos, mientras que a él no le ha ocurrido lo mismo. La mamá puede ser que se dé cuenta de este sentimiento y que opte por volcarse de manera preferencial hacia el hijo más grande. A la larga, el segundo hijo sentirá como propias las consecuencias de esta situación.
La verdad es que para los padres no todos los hijos son iguales, aunque a todos se los quiere por igual. Por tal motivo deben tratar de tener una actitud lo más ecuánime y equitativa posible.
Cuando el papá, que vive fuera de la casa, forma una nueva familia: En este contexto, el chico puede llegar a sentirse totalmente excluido del proyecto de vida de su padre y sin encontrar su espacio dentro del mismo.
En este aspecto es muy importante que el papá haga todo lo posible por establecer un vínculo estrecho con sus demás hijos. Aunque en la mayoría de los casos se encuentra demasiado absorbido por su nueva familia y da a veces sin querer un paso al costado en la atención del resto de sus hijos.
En casos en que existan diferencias de edad puede ser una situación de beneficios. Los hijos adolescentes pueden entablar una relación de compinches con sus papás y así no sentirse apartados ante la noticia del nuevo bebé. El desafío es entonces afianzar los lazos entre el padre y su hijo, integrarlo en los proyectos y no hacerle sentir que ha dejado de ser un pilar importante para él.
Padres prevenidos
La actitud adoptada por los padres puede ayudar a atenuar o a minimizar el descontento o la bronca de los más pequeños, de todas maneras los mayores no deben cargarse de culpa. Los chicos deben aprender a manejar y a tolerar las pequeñas frustraciones que se les presentan, es parte de la vida.
Referencias:
Psicología infantil
pediatra homeopata |