¡Tiene un año y no camina!, dice una mamá desconsolada mientras su primito de la misma edad da los primeros pasos, o ¡el mino no habla!, comenta otra frente a un amiguito parlanchín. La preocupación por el normal desarrollo de los hijos es frecuente, si bien es importante estar atentos, la cuestión es que no se transforme en una obsesión. Fundamental tener en cuenta que cada chico es distinto por lo tanto tiene sus propios tiempos de maduración y de desarrollo.
Algo fundamental es la ansiedad de los padres y abuelos, esto no ayuda, sino todo lo contrario.
Lo que uno puede hacer es tomar como referencia las etapas que aquí se mencionan, acompañar el proceso con paciencia, estimularlos adecuadamente y verlos crecer felices.
Y siempre ante cualquier duda consultar a su pediatra.
1er mes: Durante el primer mes el bebé recién nacido pierde su aspecto de recién nacido pero todavía mantiene las piernas dobladas y apoya la cabeza hacia un costado. Si esta boca abajo puede empezar a levantar la cabeza, pero aun no la puede sostener cuando esta boca arriba, por eso es fundamental tener cuidado cuando se toma en brazos un bebe pequeño. Mantiene las manos cerradas y aunque esto decepcione a alguna tía que esté contenta porque el niño le agarró el dedo, hay que decir que lo hace como acto reflejo y con cualquier cosa que entre en contacto con su mano. Además, si tiene un rostro cerca es capaz de imitar sus movimientos, por ejemplo abriendo y cerrando la boca. Comienza con los primeros sonidos.
2 meses: Cuando ubicamos al niño boca abajo, puede estirarse un poco más y levantar la cabeza algunos segundos. También mantiene las manos abiertas más tiempo y agarra las cosas voluntariamente por un instante. Trata por unos segundos de ver un objeto de color vivo, delante de sus ojos y puede seguirlo con la vista ¡pero atención! tiene que estar cerca, es capaz de enfocar solo a unos 25 centímetros, y póngase contento porque ¡ya devuelve las sonrisas!
3 meses: Al tercer mes puede enderezar totalmente el cuerpo y las piernas y es capaz de mantener erguida la cabeza por unos segundos. Las manos están totalmente abiertas. Hace esfuerzos por alcanzar objetos y los sostiene por poco tiempo. Además comienza a estudiar con atención sus propias manos. Ve inmediatamente lo que tiene adelante y responde con sonrisas y sonidos.
4 meses: En esta etapa son frecuentes las caídas en esta etapa porque empieza a cambiar de posición voluntariamente. Si está boca abajo se sostiene con los antebrazos y levanta la cabeza y el pecho. También puede mantenerse sentado con ayuda, con la cabeza erguida. Descubre sus propias manos y comienza agarrar objetos mirándolos rimero y calculando la distancia. Atento a todo su alrededor, gira la cabeza buscando un sonido. Comienza a pronunciar consonantes como la “p” o la “b” o la “m”, inclusive puede decir “pa” o “ma”.
5 meses: En esta etapa el niño comienza a moverse bastante, aprende a rodar y ponerse de costado o boca arriba. Para este momento ya sostiene objetos con ambas manos y se chupa los dedos de los pies. Además puede ver de lejos y no necesita tiempo para calcular la distancia que lo depara del objeto que desea alcanzar. Reacciona frente a las situaciones no conocidas con enojo, angustia o miedo. |