No sé de dónde sale la fama que es una música que algunos desprecian, es mera publicidad para darle aires de prohibida o de populacho, la realidad es que la cumbia villera es fiestera y no hay quién no se prenda, sobre todo cuando está dale que dale en la tv.
Lo que la convierte en lastimera, es la cantidad de desgracias que les ocurre a los cantantes de ese género, parece que habría que exorcizarlos.
Los cantantes del género se presentan frescos y entusiasmados, pero debajo de esa máscara se oculta un luchador de sumo que tiene que enfrentar a todo un sistema que además de aprovecharse de él, de chuparle la sangre, no hará nada cuando caiga, o cuando ya no tenga más sangre para ofrecer.
Los usan por todo concepto, para publicidad, para pancarta de vías o de espectáculo o exposiciones o venta de celulares o de gaseosa, como sea son las caras en las arterias de la ciudad, ya sea entrando o saliendo, se convierten en personajes de pancarta.
Eso sí, no te atrevas a sacar una copia de su último tema porque entonces serás tratado como un delincuente de la peor especie con penalización de cárcel mayor que si hubieras violado a un menor de edad o a varios.
El cantante de turno será usado para sellar tratos y tratantes, para corromper su arte en lo que sea necesario con el objetivo del dinero, billetes y podes no siempre van de la mano.
Pero si tan sólo se te ocurriera bajar un estribillo de Internet, entonces serás perseguido por el FBI, Interpol y encima tu mamá no creerá que no hiciste algo tan malo, renegará de vos y tu delito, dejándote sin la posibilidad de visitarte en la cárcel aunque más no sea para acercarte un sánguche de milanesa.
En este país, explotar al artista no está penado, aprovecharse, explotarlo sólo las discográficas y los popes, pero si cualquier mortal considera y lleva a cabo la posibilidad de bajarse menos de 1 octavo de estribillo para tararear cerca de la cuna del nene así aprende desde que puede qué va a bailar cuando sea grande, todo el peso de la ley caerá sobre el incauto, bendecida la acción por todo senador, concejal, diputado, que para hacer cumplir su rol se duplican la propia dieta, todas las veces que sea necesario, mientras vos te pudrís en la peor de las miserias y además quedás marcado para siempre, por atreverte a bajar un poco de música que te alegre el alma.
Por suerte, una vez en la cárcel, donde no hay pedófilos, ya que todos están afuera, podrás escuchar a contraoreja todos los temas que quieras, quién te va a venir a meter en la cárcel por ello, si ya estás en la cárcel, eso sí, en el único paraíso fiscal donde no te importa cuánto cuesta el dólar, la moneda será en cigarrillos que tu madre te negó, o quién sabe en una que otra historia de amor, donde vos sos la damisela.
Todo con tal de proteger al artista.