Las instituciones de protección de derechos de autores, sólo viven para currar.
El año pasado, el grupo Deep Purple, realixó un recital en Rusia.
La Sociedad de Autores de Rusia, decide multarlos porque no habían pagado ni gestionado, previamente, la licencia que les permite tocar, ¿qué canciones?, las de ellos mismos.
La multa se paga siempre a los autores, pues ese tipo de actividad se regula para resarcir a los autores del uso indebido de su material.
En esta ridícula situación, le sacaron dinero a Deep Purple, para devolvérselo a ellos mismos, menos la comisión de la agencia destinada a proteger
los derechos de autor.
¿Cazan el asunto? El organismo supuestamente creado para proteger a los artistas, le metió la mano en el bolsillo a los artistas, para quedarse con un vuelto.
En otras palabras: bajo una inflexión de una norma que evidentemente está mal redactada y peor ejecutada, ese organismo se aprovecha de sus supuestos representados, a quienes deben proteger de un despojo, y los despojan ellos mismos.
Qué lindo, qué ganas de pagar esos organismos dan estas cosas, qué ganas de proteger el mundo para que no se baje mp3 gratis, qué buena imagen dan estas agencias que reclaman que se controle la bajada de mp3 o el tráfico de música pirata.
Si dan ganas de contratarlos a ellos para que consigan mp3, se nota que son más efectivos para afanar que para cuidar que no le afanen a sus representados.
Qué feliz que estoy con el planeta, que ordenados que son los ladrones, forman asociaciones y todo.
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