Navegar en la Internet es sin duda una actividad para lo que los niños de la actualidad no hay que estimular.
Los dedos parecen diseñados para las teclas, los atraen, por lo que aquello que les interesa es el blanco de atención para las empresas que construyen sus imperios en base a aprovecharse del incontrolable sistema que los niños manejan mejor que los adultos.
Una parte de este descontrol, que le asignamos a la inmadurez, es cuestionable, porque en la calle, por ejemplo, no se ve a niños consultando celulares, se ve a los adultos y adolescentes.
Como sea, los servicios de navegación explotan los recursos como sabe que pueden, atrayendo a la población masiva y con una educación más permisiva, los niños, son el blanco de todo tipo de procedimientos.
No podían quedar ajenos los superhéroes, videos, música y todo tipo de contenido de interés para niños y adolescentes.
En la población que menos control tiene respecto a contenido inconveniente para niños, los superhéroes, son los de interés, no sólo para las empresas que alientan el consumo, sino de los hackers.
Los hackers, con buenas o malas intenciones, son los que más aprovechan este agujero de seguridad que viene adosado a los niños, sus preferencias por los superhéroes.
Las compañías que combaten las actividades de hackers, que detecta troyanos o trucos para invadir máquinas, compañías, extraer secretos, informan que las páginas de superhéroes son las más peligrosas.
Los enlaces que conducen a información de superhéroes, con Superman a la cabeza son las más peligrosas.
Virus, malware y código malicioso acecha detrás de las páginas que contiene adelantos de películas, historietas, imágenes, resúmenes, videos de los superhéroes.
Ya hay una lista de héroes a cuyas páginas a las que se considera inconvenientes y se recomienda no ingresar, Superman a la cabeza, le siguen en la lista, Thor, La Mujer maravilla, Aquaman, Wolverine, El hombre Araña, Batman, La viuda negra, Capitán América, Linterna verde, Ghost Rider.
Este listado es interesante por otra parte porque revela algo que muchos tienen como información secreta: aquellos temas de preferencia infantil. Las empresas de venta de productos, agradecidas, ya que si algo ha demostrado la actividad hacker es que los padres encargados del control de las actividades de los niños se preocupan más por la cantidad de horas que los niños pasan en el XBOX que a ver qué hace el juego.
Si en el juego se mata, se es delincuente, se aprende a disfrutar de matar a otros, no es el problema.
La mayoría de los padres que de vez en cuando se asoman para ver qué hacen los niños en la PC, estarán más tranquilos al ver que el niño mira historietas de Superman que si lo ve jugando con la Play Station.
Los creadores de páginas phishing (páginas que fijen ser de una empresa o sitio importante, que en realidad es una trampa que colecta datos), malware (sitios que usan técnicas para impulsar al usuario realizar acciones que le permite al hacker instalar un programa espía en la máquina del usuario), spam (conseguir datos de mails de usuarios para venderlo a empresas de venta de publicidad por mail) y así decenas de intromisiones desde las más inocentes a las peligrosas.
En Argentina, como es de esperar, tales investigaciones no se llevan adelante, o se hacen superficialmente, considerándose pocos importantes, los usuarios suelen pensar: qué tengo yo de importante como para que le interese a un hacker; y con esta breve sentencia se desentienden del problema.
Lo que es curioso, porque en Latinoamérica hay un record importante de uso de internet, respecto a la población económicamente activa, comparativamente con otros países, Argentina tiene una presencia importante en la Internet, debería haber más control, si no se puede combatir, al menos admitir el problema es un paso para llegar a algo.
Los mayores riesgos parecen provenir de los medios para bajar películas como el Torrent, y lo de descarga de videos o fotos.
¿Qué se puede hacer? Revisar en el mercado de antivirus los que mejore comentarios positivos reciban y preocuparse por instalarlos.
De nada sirve imponerle a los niños por la fuerza de la autoridad no bajar programas o no ver películas o no usar la computadora, lo que se paga por ello es un niño desmotivado, que paga socialmente la censura, además de redirigir rencor hacia la persona que no le permite ejercer lo que es un niño curioso, entusiasta, que quiere compartir lo que hacen sus amigos, con adultos menos cómodos, que por no tomarse el trabajo de controlar correctamente lo que produce lo que el niño hace en vez de prohibírselo, no le permite desarrollar lo que está en edad de desarrollar, el interés por lo que el mundo le ofrece de manera tan fácil en la Internet.
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