Debo tener muchos argumentos fílmicos en mis criterios, pero a mí, las felicitaciones desde la NADA que argentina recibió por el satélite, me parecen casi una burla.
Para mí es como cuando te quieren convencer con productos que te favorecen a vos, o cuando algunos servicios, sobre todo en internet, que te venden que son gratis y para vos, ocultando aviesamente que somos usados como mercancía.
Nos mercadean con todo, cuando ponemos fotos en Facebook, cuando comentamos en sitios web 2.0 (como este mismo Sintagmas, que dicho sea de paso, participo porque nunca trataron de encajarme nada ni me banco propaganda odiosa, aunque soy consciente que deben ganar por algún lado, por lo menos me la disfrazaron mejor que otras redes sociales), blogs, mails y todo lo que nos “atrapa”, para manipularnos, convencernos que es para nosotros, cuando captan nuestra atención, venden nuestros mails, nuestros perfiles, nuestras presencias y nos “miman” con felicitaciones en nuestro cumple, con “ofertas” de cosas que aseguran que no queremos comprar (insisto: gracias Sintagmas que nada de esto ha pasado con este sitio), eso es lo que pienso de las felicitaciones de la NASA por el satélite, me pregunto: en qué bolsillo me están metiendo la mano.
La misión es la Aquiarius, contiene instrumentos de uso científico, me pregunto quién se beneficiará con esos datos. Aunque soy de los que cree que todo conocimiento sirve en definitiva a la humanidad, ya que todos vamos a pasar, y en cambio los conocimientos los heredará la humanidad, me doy cuenta que ese pensamiento es un poco una excusa para sobrevivir a la bronca que me dan los abusos de los que comercian con nuestras ingenuidades.
Al satélite Argentino lo lanzaron en Junio, no sé bien qué hace, porque nuestras comunicaciones, o nuestras conexiones no parecen haber cambiado, me refiero a un modo económico, es decir: por ahora no comprendo en qué nos beneficia ya que todo lo que sea comunicación, sigue subiendo.
El cable, por ejemplo, no tiene sentido el precio, estamos prácticamente pagando el aire. Imaginen cuando apareció la radio, que además de pagar el aparato para “oir”, tuviéramos que pagar la recepción, todos los meses. El cable, no es ni más ni menos que eso mismo: pagamos el aire, mensualmente.
Hasta antes de “nuestro satélite”, parecía justificado el cobro, ya que parece que pagábamos transmisión extranjera, o de satélite extranjero, pero entonces y ¿ahora?, ¿qué hace este satélite?
Lo lanzaron desde la base espacial de Estados Unidos, Vandenberg, debemos haber desembolsado una fortuna por ese “favorcito”.
Declaran que servirá para observar el océano, el clima y el ambiente, sobre todo la sanidad, ¿con qué objeto?, si ya sabemos desde hace años de la falta de sanidad del riachuelo y en años nadie hace nada.
Mi paranoia me dice que el artilugio sirve para sacar datos, sí, pero no los que nos cuentan, y sobre todo, no serán para aprovecharlos nosotros.
Sobre la insanidad de nuestros ríos, ya lo sabemos, no necesitamos un satélite para eso, y no se hace nada para ni curar los ríos ni prevenir el crecimiento de la contaminación, ¿qué significa entonces el satélite?
Para mí: espían, sin duda, nuestros “anfitriones” tendrán acceso a los instrumentos, y los usarán exactamente de la manera en que saben: para espiar, para estrategias militares, para quién sabe qué cosa invadir en el futuro.
Nosotros les entregamos nuestras herramientas, científicos, conocimientos, y además datos geográficos.
Dicen que lo primero en que podremos aprovechar el satélite es en alertas meteorológicas, inundaciones, incendios forestales, erupciones volcánicas, me causan gracia estas pretensiones, porque tengo la completa seguridad que estos alertas no servirán de nada, los noticieros nos llenan de imágenes en el mundo sobre los desastres de este tipo y sobre cómo los gobiernos toman medidas paliativas.
Pero para eso, los gobiernos tienen que organizar esas medidas. ¿Ustedes imaginan qué hará Macri ante un alerta meteorológico informado por un satélite? NADA, igual que ahora, colocará unos tipos en short con un bote en la esquina de Juan B. Justo y Santa Fé y eso será todo.
¿Arreglar la ciudad?, ¿Con qué?, si nunca tiene presupuesto. Lo tiene claro, pero lo usa, según él en el bote en esa esquina y en el sueldo del “lanchero” improvisado.
Me rio del satélite, me río, porque no es más que una forma disfrazada de invasión.
Ma fangulo con el satélite, me los imagino a los de la NASA muertos de risa viendo cómo nos meten el dedo en el traste y cómo nos paseamos orondos por todos los medios con sus felicitaciones, como si ellos fueran el “jurado” de un concurso de genios.
Mira Cristina, yo te quiero, te voté, quiero a mi país, y creo que vos contribuiste a hacerlo mejor, pero lo del satélite me parece un chiste.
Veremos, dicen que se va a beneficiar el desarrollo pesquero, sin embargo y desde junio que está el dichoso aparato funcionando, el precio del pescado no ha dejado de subir, al igual que todos los otros productos.
Cuando se habla de “impacto económico” ¿a qué catzo se refieren?
Bien por los científicos, pero mejor ocúpense de fabricar alimento en el aire, hidroponía, creo que se llama, como hacen los chinos, así alcanza para todos.
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