El enojo es una respuesta normal que experimenta el ser humano ante amenazas, posibles daños o frustraciones. Se trata de una reacción natural y necesaria para la supervivencia. Pero, como la temperatura del cuerpo es una condición necesaria de salud o la señal de una enfermedad subyacente.
El enojo lleva a la violencia, sea a nivel individual, familiar o social, dañando y desgastando las relaciones personales. Si no se lo controla puede ser destructivo, sin importar si es por motivos justos o injustos.
También es peligroso porque conduce a hacer cosas sin pensar, a no medir consecuencias y a un vale todo con tal de imponerse.
Las causas más frecuentes que disparan el enojo son:
Ser atacado o lastimado, física o emocionalmente
Ser ignorado, rechazado o excluido
Ser engañado o acusado injustamente
Sentir frustración ante una pérdida o imposibilidad de lograr algo deseado
Ser descalificado o denigrado por otra persona.
El enojo conduce a ideas de venganza, críticas, ofensas, humillación, fastidio, mal juzgar, odio y rumiar con pensamientos recurrentes y resentidos que dañan a quien está enojado.
Es muy importante resaltar que el enojo cuando no es ocasional sino persistente o constante resulta altamente perjudicial para la salud ya que revoluciona el organismo.
Como títulos de una incompleta enumeración vale mencionar: el incremento de la adrenalina (que aumenta la frecuencia arterial), de la testosterona (responsable de mayor impulsividad, enojo, agresividad y conductas violentas( y de la vasopresina (disminuye a capacidad de pensar y facilita la descarga conductual), el número de plaquetas (puede facilitar la formación de trombosis o embolias), el nivel de grasa en la sangre (en especial el colesterol malo HDL), las paredes arteriales se contraen y se deteriora su endotelio, mayores contracturas musculares, se altera el sistema inmunológico y aparecen diversos dolores, sobre todo de cabeza y digestivos.
Los daños no son solo físicos, sino también que se ven afectadas las relaciones familiares, sociales, sentimentales o laborales porque el enojo persistente genera resentimiento, rencor, pensamientos vengativos o tendencia al aislamiento donde se masculla la bronca en soledad.
La persona enojada en lugar de alejarse de aquello que se lo produce tiende a acercarse a lo que lo irrita con el fin de eliminarlo. También se utilizan malos recursos para calmarse, entre ellos comer de más, recurrir al alcohol o hacer ejercicio en exceso para descargarse y no por placer.
Referencias:
Blog de la salud y el descanso Grupo colchones Lo Monaco. Un espacio creado íntegramente para aconsejar sobre salud, nutrición, posturas, hábitos, buen dormir y más.
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