Leí que hay 85 millones de .com, eso, sin contar las .ar, .mx, .cl, etc. Qué impresionante cantidad de información.
Ya sé que hay mucha discusión sobre qué es la información, pero no me digan que no les da escalofrío la cantidad de contenido que se ha generado, que está en medios magnéticos, y ni qué decir de contenidos de mails, o de teléfonos.
De algún lado sale todo ese espacio, esos recursos, ah, sí: de la tierra.
Leí un post sobre los residuos tecnológicos, aquí mismo en Sintagmas, impresionante, pero lo que no es residuo, lo que se usa, es también asombroso.
Dicen que en un día como hoy, 15 de marzo, hace 25 años se registraba el primer sitio. Hoy no hay nada que no involucre Internet.
Con uno sólo de los servicios, el correo mediante el mundo se ha comprimido.
Las punto com, son el 44 % de los sitios que existen en el mundo, el resto está en extensiones de dominios repartidas.
Nadie se imaginaba entonces lo que pasaría, debo confesar que yo, menos que nadie, y sobre todo, tampoco me imaginaba a mi mismo, participando con comentarios como este, que te hacen sentir que estás en “onda”, pero la verdad es que todo lo que hago es manifestar mi perplejidad en cada nota.
Luego, un amigo me decía: te das cuenta que la Internet es una máquina de picar palabras, ya están todas registradas, vos no podes tener ni una palabra ya que no se encuentre registrada por alguien, y esto, en caso de un idioma, el español, supongo que a todos les está pasando lo mismo.
Y sí, parece que es así nomás, ahora, la gente tiene que optar por frases, y encima, parece que hay una troupe de llamados ciberokupas, gente que ha tomado nombres de .com para luego venderlas a precios, en algunos casos, exorbitantes.
Porque Internet entre otras cosas, ha convertido las palabras en algo así como “valor llave”, se venden y se compran nombres de .com, según una lógica de la que me he quedado afuera, pero que seguramente tiene importancia económica.
Lo más impresionante de todo es que en menos de 25 años ha cambiado las actividades de todos nosotros, hasta del que no tiene idea de nada, como yo.
No sé de qué se trata un negocio .com, pero igual, me sumo.
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