Desde hace década que escucho que un tipo cualquiera como yo, podrá realizar un viaje espacial, y siguen pasando las décadas y un tipo simple, cualquiera como yo, sigue siendo potencialmente un viajador espacial.
Dicen, y ya tengo desconfianza del anuncio, que finalmente podremos los tipos cualesquiera viajar al espacio, la NADA está promoviendo esa idea.
El asunto es que la razones para emprender ese tipo de conquista me tienen impresionado, no son razones científicas, o quizás de derecho: los seres humanos, todos, ponemos parte de nuestro trabajo que con los impuestos va a parar a la “lucha” por conquistar el espacio, y nunca oleremos siquiera una piedra lunar.
La idea es que haya empresarios que financien los vuelos. Como si fuera una aerolínea, sólo que en vez de 10.000 metros, estará a 300 o 400 kilómetros.
Más seguridad y menos gastos para el estado, dicen los de la NASA, esto implica claro, que los tipos cualesquiera como yo, así simple, seguiremos sin viajar al espacio, porque de dónde voy a sacar seguridad yo, o de donde voy a sacar financiación yo, para entregar a la NASA a cambio de un boleto en esa aventura.
Como esa posibilidad ha quedado fuera de mi alcance, y en parte no me interesa porque en ese viaje no podré tomar un mate, ya que las décadas han probado pasar más rápidas que las decisiones, me puedo dedicar tranquilamente a especular sobre los supuestos tripulantes de esos viajes espaciales y a imaginar todo tipo de escenario catastrófico, como por ejemplo, imaginen a un torpe en una estación espacial preparada en todos los detalles para realizar experimentos científicos y probar adelantos tecnológicos, un mono con navaja ni más ni menos.
Imagino al pobre tipo, ignorante, abriendo una canilla, creyendo que es agua y se abre una escotilla que lo expulsa al espacio.
O que quiera lavarse los dientes y una gota de dentífrico se cuele por un orificio fundamental que hace que se tape un conducto de cohetes y la nave comience a bajar en vez de subir, a bajar cada vez más rápido hasta que…
Dejando fuera las catástrofes, los costos que se dicen de esta operación de tripulación son número que ni sé contar cuántos ceros llevan.
Lo que se dice un monto que estarán pagando hasta los tataratatara nieto.
Y digo yo, ya que yo no estaré en esa nave, por qué mejor no se usa esa plata para solucionar los problemas de este planeta, como por ejemplo el calentamiento global, el hambre, las guerras.
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