Lo que expongo en el presente ensayo es sobre algo ya muy conocido por todos los científicos, la hipótesis en el método experimental;  pero veo que la mayor parte de la comunidad científica “no aplica lo que predica” al respecto de su definición. Mi preocupación es la actitud de los científicos que “encierran” sus mentes ante los hechos que son evidentes y que contradicen sus concepciones por miedo a estar equivocados. Todo ser humano tiene miedo de perder en un debate o discusión, todos queremos tener la razón y por eso nos “cegamos” con nuestras preconcepciones de cómo deben ser las cosas, ante los hechos que son tan evidentes como la fuerza de gravedad o la evolución orgánica.

La libertad de ser ignorantes, de estar equivocados es algo que no nos podemos negar ¿Pero es necesario equivocarse tanto?

En este ensayo, presento una manera de cómo podemos despojarnos de la necesidad de la hipótesis, de esas especulaciones y evolucionar en el método científico. Puede suceder que con lo que aquí se expone cambie el paradigma del método científico, sus pasos, no reemplazar el método en sí y si así sucede sabrá Dios que pasará.

Finalmente, siento necesario recordar unos pasos sugeridos por el mismo Sir Isaac Newton:

a-       Atenerse a los hechos empíricamente comprobados.

b-       Generalizarlos por inducciones sucesivas (aunque no estoy de acuerdo con esta regla).

c-       Describir la naturaleza sin hacer afirmaciones que no estén apoyadas en hechos experimentales.

Abran su mente a este ensayo, para ver que sucede después…

Hipótesis: Con origen en el término latino hypothĕsis, que a su vez deriva de un concepto griego, una hipótesis es la suposición de algo posible o imposible para sacar de ello una consecuencia. Por otra parte, agrega el diccionario de la Real Academia Española (RAE), una hipótesis de trabajo es aquella que se establece provisionalmente como base de una investigación y que puede confirmar o negar la validez de aquella.

Tomado de:  http://definicion.de/hipotesis/

La creación de la hipótesis va mas allá de su condición de temporal, la  hipótesis aunque inofensiva es una creencia que de tanto repetirla en el caso de estar suficientemente en nuestra conciencia se volverá verdad y que ciega completamente a los científicos cuando se da un hecho contradictorio, además la hipótesis por si misma es la aliada de nuestra subjetividad, enemiga por tanto de la objetividad. Es necesario reconocer que la hipótesis es un intento del inconsciente por mostrar desesperadamente un camino para continuar descubriendo en el mundo o para calmar nuestras ansias de saber adelantando conclusiones que pueden estar erradas como lo hace el hombre común que se convence así mismo de sus ideas preconcebidas; es verdad que necesitamos dirección pero este problema lo resuelvo mas adelante. Ya de por si nuestros sentidos nos engañan pero no permitamos que nuestro inconsciente también lo haga porque si hacemos un análisis de nuestro inconsciente (con ayuda de un psicoanalista ¿porque no?) esas hipótesis ya están ahí inmediatamente hacemos una observación: como sabemos, casi todas las aves vuelan, cuando somos niños vemos un pinzón y nuestra lógica dice que todo animal con alas y plumas vuela. Nuestro inconsciente dueño de la lógica infantil deduce eso y se convierte en una hipótesis guardada en lo mas profundo de la mente que guardada y afirmada por mucho tiempo se convierte en una verdad, no advertida hasta el momento en que nos damos cuenta que estamos totalmente equivocados al ver a un avestruz o un pingüino y por tanto nos negamos a ver la realidad tal como es. Eliminando la hipótesis poseeremos una vista objetiva, un error menos que cometer porque si de niños simplemente vemos el pinzón y decimos “El pinzón es un ave y vuela” hasta ahí, el inconsciente no tiene elementos para generalizar a todas las aves y cuando hemos tenido la suerte de viajar por todo el mundo y vemos a un pingüino o un avestruz que también clasificamos como ave, podemos decir: “las aves que conocemos  vuelan, nadan y corren”, y ahí no tenemos porque estar en un error. Es verdad que generalizar es inducir, un paso necesario para hacer ciencia, pero la inducción es algo que debe hacerse cuando exista un hecho experimental y en este ejemplo del Pinzón no hay hechos experimentales. Aquí viene otro ejemplo:

Supongamos que la sustancia w  y solo esa sustancia provoca una reacción z. Además existe la sustancia u que no es causa de la reacción pero está en el fenómeno.  Un químico quiere determinar la sustancia que provoca la reacción z, y por un proceso de destilación o que sé yo siendo un biólogo, entonces tiene dos hipótesis:

a)       La sustancia w es la que causa la reacción.

b)       La sustancia u es la causante de la reacción.

Con las hipótesis, el científico esta tentado en interpretar los hechos como piensa que deben ser. Si la percepción del  científico de la sustancia u es significativa entonces el químico escogerá la hipótesis “b” porque su mente jugará con el científico basada en sus impresiones pasadas. Sin la hipótesis el científico esta abierto a lo que sucede e interpreta el hecho como es simplemente. Sin preconcepciones lo único que puede ver, a menos que su mente no funcione correctamente, es que la sustancia w es la causante de la reacción. Si el químico esta seguro de que la sustancia u y luego ve su error en una experiencia futura siente como su “razón”, su brillante hipótesis es falsedad. Es necesario equivocarse para aprender pero el hombre hasta, donde se sabe, es un animal consciente y razonador. Naturalmente si escoge la hipótesis “a” tendrá éxito, pero para escoger la ultima hipótesis tuvo que tener suerte o equivocarse con la primera, y en la Ciencia no hay espacio para el azar aunque buena parte de los descubrimientos que ha hecho el hombre fue gracias a la suerte, además de que no es practico equivocarse cuando no hay necesidad.

¿Cómo reemplazar la hipótesis?

Evidentemente sin la hipótesis tenemos un vacío en nuestro método porque estamos acostumbrados a “tener la razón” aun sin pruebas. Se puede reemplazar nuestro impulso de adelantarnos a los hechos simplemente experimentando sin la noción de que “esto debe ser la causa”. Es verdad que siempre hay un impulso que nos obliga a pensar cual es la causa, entonces ¿Cómo hacerlo? Un ejemplo puede ser el siguiente:

El químico del ejemplo anterior simplemente pregunta ¿Qué sustancia es la responsable de la reacción? y concentrándose en el experimento y solo en el experimento probando las sustancias, sacando de su mente experiencias pasadas y preocupaciones futuras, sacará de su pregunta, la respuesta correcta no habiendo espacio para la duda. ¿Cómo sacar nuestras creencias del subconsciente? Sencillo, repitiéndose a si mismo “en realidad no sé cual es la causa” o algo por el estilo con convencimiento total hasta que su mente quede en blanco respecto a preconcepciones y lista para “ver” (esto lo deberían enseñar en las universidades).

¿Cómo llamaremos a lo que se vuelve una ley científica?

Como solo podemos tomar en el experimento unas cuantas variables que creemos que son las que intervienen aquí si tenemos que creer, corrigiéndonos la experiencia si estamos equivocados. Como naturalmente debemos hacer modelos puesto que no podemos aprehenderlo todo, se podría llamar Ley Científica a lo que el experimento confirma repetidamente como hecho experimental, sin llamar a la ley una hipótesis bien confirmada. En definitiva debemos deshacernos de la palabra hipótesis y su concepto. 

Conclusiones

Ya Galileo estableció un método que era poderoso, un método que superaba por completo las creencias de Aristóteles y otros pensadores clásicos desechando parcialmente la subjetividad. Es cierto, no podemos dejar de ser subjetivos porque la vida perdería su sentido, pero estamos hablando de la Ciencia, de algo que le debe su existencia a la objetividad. Somos seres humanos, no dejaremos de ser subjetivos hasta el día de nuestra extinción o cuando evolucionemos en otras especies y el objetivo de la ciencia no es convertirse en verdad absoluta PERO solo estoy diciendo en este ensayo  que existe una solución más para despojarnos de lo que nos hace ver las cosas como no son en realidad. Puede que estemos aferrados al legado de Galileo y no queramos cuestionar lo aquel gran hombre de ciencia nos dejó, pero eso también hicieron los sabios que se aferraban a las ideas de Aristóteles. Es hora de cambiar, al menos un poco, es necesario y es la ley de todo lo que existe en el Universo conocido: Todo debe cambiar, la ciencia, nuestra concepción del mundo a través de la historia de la humanidad y el método mismo, es hora de la evolución en el método de las ciencias experimentales.