En realidad no ha pasado nada que no venga pasando con los productos Microsoft, todos fallan, todos te dan dolores de cabeza, hora y horas de pérdida de tiempo en configuraciones e infinitas palabras de rara y oscura utilización.
Para mi el principal problema es que una herramienta que debía ser para cualquier se convirtió en una especialidad que requiere hasta un título.
La cuestión no es que hay que aprender tantísimas cosas para usar el Windows, el problema es que su aprovechamiento en relación al tiempo que te hace perder y encima infructuoso porque de todos modos funciona mal, es, creo la clave del asunto.
Se ha retirado el apoyo al Windows 7, porque el producto Vista nunca funcionó bien, cosa que no era de extrañar, ninguno de los Windows funciona bien, lo que pasa que la gente dijo: mejor malo conocido que bueno por conocer.
En la carrera armamentista de sistemas operativos y buscadores, Microsoft pierde pie, arrastra la mala fama de los “updates” infinitos.
En mi opinión, la mayoría de la gente no quiere perder el tiempo en procesos que no entienden ni generan “valor”, es ridículo pretender que un contador, un escritor se convierta en erudito del sistema operativo para que funcione bien, o resignarse al pago de un supuesto especialista que además de cobrarle hace lo mismo que él: prueba y error, y encima la mayoría no tiene dinero para enfrentar ese costo, pues lo que gana con la computadora no lo subvenciona.
La resolución general es quedarse con lo que menos dolor de cabeza le causa: la vieja versión de Windows XP, con el aditamento de no cambiar las versiones de productos que usa tampoco, como el Word, y demás.
Los tiempos de crisis autoajustan todo, incluso l carrera de la tecnología, hace rato que ese tren va vacío, sin usuarios.
La mala experiencia del usuario con Windows Vista ha dañado irremediablemente la confianza del usuario en los productos Microsoft.
Mientras, Google, con su sistema Chrome seguramente no dejará pasar esa brecha importante que abre el mercado a otros productos.
Los usuarios están cansados de Windows, no le tienen confianza, esa desconfianza se traslada en quejas a las empresas, las empresas las trasladan a los proveedores, y así, una bola de nieve.
A quienes arrastrará esta avalancha. Creo que a nosotros los usuarios.
|