Según cálculos de los científicos, aunque la tierra absorbe polvo cósmico, no alcanza para recuperar la masa que pierde.
El calentamiento global agrega energía al sistema de la tierra y eso, debería hacer aumentar la masa, pero a su vez, el núcleo de la tierra va perdiendo energía y eso provoca el efecto contrario, la hace perder masa a la tierra.
Entre la masa que se suma y la que se resta, hay una pérdida medible de la masa del planeta.
La masa desaparece en forma de hidrógeno y helio, fugándose al espacio como partículas livianas que son.
Cuando se dice que es “medible”, implica que el impacto de lo que desaparece ya comienza a ser un síntoma de que las situaciones que lo provocan puede estar fuera de control de las prácticas con que el ser humano pueda intervenir, son actividades propias de la física y el planeta.
Nos involucramos con el calentamiento global, lo que en combinación con la pérdida de energía del núcleo está provocando el efecto de pérdida de hidrógeno y helio.
Aun no es preocupante, dicen los que suelen tratar de tranquilizar, pero la realidad es que hasta ahora, no parece que las advertencias sobre el descabellado uso de recursos con que el hombre está alterando las condiciones del planeta estén operando para adquirir sensatez.
Si vemos los diarios, con un problema inminente de guerra atómica entre Israel e Irán, parece vacío preocuparse porque la tierra se esté desinflando.
El Helio, principalmente, se está volviendo escaso, y es indispensable para la vida, el equilibrio de los elementos son fundamentales para la vida y su cantidad y composición, son el producto de años de evolución de la tierra hasta lograr la combinación correcta que permite la vida, especialmente la de los mamíferos, ya que otras especies, como plantas o insectos soportan mejor los cambios abruptos.
No en vano tanto plantas como insectos son muchos más antiguos que los mamíferos, en su sistema de supervivencia hay recursos para soportar desbalances, pero nosotros no.
Todo lo necesario para hacer posible la vida del hombre, océano, selvas, dependemos de la combinatoria exacta del hidrógeno y el helio con el resto de los elementos.
Si uno desaparece de forma medible, estamos en problemas.
El sol se ocupa de convertir Hidrógeno en Helio, con una acción de fusión nuclear que sólo puede darse en las condiciones de temperatura, masa y energía del mismo sol, no es posible en la tierra generarlo son destrucción masiva, como lo es, precisamente una explosión atómica, justo como la que se intenta evitar por todos los medios que vuelva a ocurrir, la bomba en Japón, no ha perdido aún sus efluvios negativos.
La humanidad tiene una deuda terrible con ese hecho, no se recupera nadie de semejante devastación, en miles de años por venir, será una afrenta a la humanidad.
Lo sensato es dejar al sol que haga lo que sepa hacer, con su permanente explosión, combustión y emisión atómica, que si lo dejamos permanecerá así unos 4.500 millones de años.
Eso claro, si no aparece alguien que decida imitarlo y nos hace desaparecer como si trináramos dedos.
Como sea, si no nos acaba una bomba nuclear, sin duda lo hará el calentamiento global.