LA MEDIACIÓN: ESTRATEGIA DE INTERVENCIÓN
3.1. Introducción
La mediación es un método de gestión de conflictos, que incluye un tercero neutral, el mediador, con la función de ayudar a que las partes involucradas en un conflicto puedan negociar desde la colaboración, una resolución del mismo, satisfactoria para todos. Consiste en un proceso voluntario, flexible y participativo de resolución pacífica de conflictos a través del cual las partes se reúnen con un tercero (el mediador) que los asiste en la negociación del acuerdo que contemple los intereses de cada una de ellas.
Es un excelente método para solucionar problemas en ámbitos familiares, empresariales, escolares, institucionales y comunitarios dado que evita el pleito, satisface las necesidades de las partes y refuerza la cooperación y el consenso.
Uno de los ámbitos de intervención más importantes de la mediación es, sin lugar a dudas, el familiar; la principal razón de ello es la diversidad de momentos en que la mediación puede ser útil para resolver conflictos en los sistemas familiares, desde la solución de problemas entre los diversos subsistemas de una familia extensa, por ejemplo, problemas jerárquicos, hasta la más conocida, que es la redefinición de la familia nuclear causada por las separaciones conyugales.
Como cualquier otra técnica, la mediación tiene sus limitaciones y, en determinados casos puede que no sea posible, es decir, viable. Desde el punto de vista de los interesados, las causas más frecuentes pueden ser que, alguno de los implicados considere que podría obtener mejores resultados en la vía contenciosa y por ello no tenga disposición de negociar; que consciente o inconscientemente, utilice el conflicto para mantener el vínculo con el otro; que el objeto de los interesados no sea resolver un conflicto concreto, sino reconducir una relación en crisis.
Y desde el punto de vista del mediador, la mediación puede no ser viable debido a la diferencia de recursos y habilidades de alguno de los interesados; existencia de maltrato. Otro de los límites de la mediación es la obligatoriedad o voluntariedad de la utilización del recurso.
3.2. Objetivos y principios del proceso de mediación
Entre los objetivos principales de esta técnica subrayamos que persigue:
- Facilitar que se establezca una nueva relación entre las partes en conflicto.
- Aumentar el respeto y la confianza entre estas.
- Corregir percepciones e informaciones falsas que se puedan tener respecto al conflicto y/ o entre los implicados en este.
- Crear un marco que facilite la comunicación entre las partes y la transformación del conflicto.
Los principios del proceso de mediación son:
a) El poder lo ejercen las propias partes: Son los propios participantes los que controlan el proceso y las decisiones. Es un proceso que empieza de una determinada forma y va evolucionando y avanzando a través de fases con pasos entremezclados.
b) Neutralidad e imparcialidad del mediador: El mediador no podrá tomar partido por una de las partes, ni aún en el supuesto de que una de ellas ocupe la posición del débil. En este caso el mediador tratará de equilibrar el poder entre las partes mediante el uso de las adecuadas técnicas de comunicación. Antes de iniciar una mediación el mediador debe preguntarse sobre la existencia de alguna circunstancia susceptible de crear parcialidad en el desarrollo de la misma.
Con esta posición neutral e imparcial el mediador les ayuda a descentrar el conflicto de su posición dual, de enfrentamiento cara a cara, y les abre un espacio que no es ni de uno ni de otro, sino que pertenece a ambos, donde pueden ver el punto de vista del otro, redefinir las propias posiciones y encontrar los intereses comunes.
c) Confidencialidad: Durante la mediación los participantes (tanto los interesados como el mediador) mantienen la privacidad más absoluta y tienen la garantía de que lo que se dice en una sesión de mediación no podrá utilizarse ante un tribunal.
d) Voluntariedad: La mediación requiere del acuerdo libre y explícito de los participantes. La mediación no puede imponerse. No se puede obligar a nadie a establecer relaciones o a llegar a acuerdos.
La voluntariedad afecta también al mediador en un doble sentido:
- Legitima el papel y el poder del mediador, otorgándole el permiso para actuar como tal.
- Permite al mediador suspender la mediación cuando lo considere oportuno por motivos que así se lo aconsejan.
3.3. Fases de la mediación
En líneas generales, según señalan los estudios sobre mediación, podemos distinguir cinco etapas en el proceso de mediación:
1. Identificación del problema: Los interesados reconocen la existencia del conflicto y su voluntad de resolverlo. Ambos es necesario que entiendan que el problema afecta a los dos y que necesitan negociar; sin esto, la mediación no sería posible.
2. Elección de la mediación para resolver al conflicto: La forma más extendida de establecer las condiciones de una separación o divorcio es acudir a la vía contenciosa a través de un representante legal, quien, cuando es posible, se encarga de negociar con el de la pareja.
A la hora de escoger una vía u otra, deben tener claro que la mediación es complementaria a la vía contenciosa y que, de ningún modo, supone renunciar a ella y que la elección de esta vía no supone renunciar a su asesor legal.
La elección del mediador debe ser compartida. En España, la oferta aún es reducida, pero comienzan a haber servicios públicos por todo el territorio y los profesionales privados comienzan a ofrecer sus servicios.
El mediador explica a las partes las características del proceso (duración, honorarios, papel de los asesores externos, etc), las normas a seguir (respeto, papel del mediador, confidencialidad, etc), las partes definen sus objetivos y se les pide su renuncia expresa a reclamar el testimonio del mediador ante los tribunales. Todo ello se recoge en un documento que firman los tres y del cual se da una copia a cada uno.
3. Identificación del problema: Se trata de una recopilación de las partes, en presencia del otro; con ello conocen la definición que el otro hace del conflicto, así como su contenido. El mediador, utilizando las técnicas oportunas, dirige el proceso y vigila que no se produzca una pérdida de control que pueda dar lugar a una dinámica de amenazas y contraamenazas, atendiendo a eventuales desequilibrios entre las partes.
Se trata de obtener una narración compartida del conflicto, para lo cual, el mediador les ayuda a acordar cuáles son los asuntos que quieren y los que no quieren negociar y en qué orden.
Al mismo tiempo, el mediador, debe cuidar que las partes respeten el turno de palabra, que el trato sea correcto y que sigan sus instrucciones. Se les invita a aportar propuestas y alternativas sin prejuzgarlas, ni siquiera valorando su congruencia o viabilidad.
4. Negociación: Durante el proceso, las partes van aceptando la legitimidad de los intereses particulares del otro como paso previo para aceptar la solución del conflicto como un interés compartido -yo gano, tú ganas-, lo que posibilita que ambos cooperen en su buen fin. Se negocia asunto por asunto. En cada uno de ellos, se realiza un brainsmtorming, posteriormente, se desechan las ideas menos interesantes, y se elabora y negocia cada una de las aceptadas.
5. Redacción del acuerdo: El mediador redacta el documento en el que se recogen los acuerdos alcanzados, tratando de utilizar las formas de expresión de las partes. Será firmado por ambos y por el mediador, entregándose una copia a cada cual. Bien entendido que, antes de la firma, se les recuerda la posibilidad de consultar con su abogado. Finalmente, el abogado traducirá el acuerdo a términos legales para su tramitación en el juzgado.
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