Es uno de los puntos retorcidos de la política Argentina, mientras unos atacan el problema social, apelando a la sensibilidad para colectar apoyo, los otros tiene la mirada de la economía.
Son lenguajes y mensajes contrapuestos.
Por una parte el gobierno hace gala de bienestar, recuperación económica, en el medio de un descreimiento generalizado del tema, y desconfianza de los datos del Indec, organismo en el que se basa la supuesta mejora económica.
Ni tanto menos, ni tanto muy, aunque los índices huelen mal, el sentimiento generalizado es de una mejoría, porque la etapa contra la que comparamos fue peor.
Pero eso no significa que la gente esté contenta o que esté mejor económicamente, lo que sí es cierto es que los jubilados ni la hueles, ni a la mejoría ni a nada, sencillamente porque es una población con otras necesidades, atención, medicamentos, refugio, todo lo que se trata de conseguir cuando se está activo, pero que no necesariamente se usa.
Los jubilados sí lo usan, justo cuando no tienen los medios para conseguir lo que necesitan.
Que esa realidad sea utilizada por la oposición como subterfugio, es uno de los actos más viles que se puede realizar en contra de una administración.
Yo espero que la población se dé cuenta de la distorsión, de que se los usa para hacer quedar mal al gobierno, abrir frentes de lucha georgianos que no de podrán resolver a favor de nadie, ni de los jubilados, ni del gobierno, ni de la oposición.
Digo yo, por qué mejor no hacen obras, reactivan industrias, observan cómo va la investigación en medicina, fiscalizan los asuntos que tienen que ver con desertificación, con el calentamiento, con el uso indiscriminado de recursos, invertir en alentar fuentes alternativas de energía.
Hay muchas cosas por las que provocar al gobierno, en vez de causas que no tienen solución.
Pues mientras la oposición no diga de dónde sacará el dinero para sostener esa cifra, es todo de Perogrullo.
No soy Kirchnerista, pero con estas actitudes no me quedan muchas más elecciones, tengo para elegir a los actuales, cuya política no entiendo mucho, pero no parece contraria a los intereses de la mayoría, o a los inescrupulosos que usan argumentos indignos.
Ya me queda claro que mi voto va para los actuales, la oposición me convenció completamente por qué no los voy a votar.
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