Ocupa los diarios porque cuestiona las intenciones de la presidenta. Lo que se da en llamar el “caso Fibertel”, es en realidad el ataque frontal más arriesgado que enfrenta esta administración.

Y ello se debe a que afecta a usuarios, directamente. Estos usuarios no tienen nada que ver con Clarín o La Nación, pero se ven afectados directamente.

Conversando con una persona de profesión médico, me di cuenta que para ese rubro no hay mucha conciencia de lo que significa en términos económicos la movida, aunque estuvo de acuerdo en movimiento político: mucha gente detesta Clarin y su manipulación de los medios.

El asunto es económico y de una magnitud que no es posible medir.

Teniendo en cuenta que el comercio electrónico cuenta con un protagonismo indiscutible en las micro y macroeconomías, es de esperar que la incertidumbre genere una especia de pánico comparable a corridas bancarias.

A un médico esto podrá parecerle exagerado, pero a los trabajan con los medios es claro que el contacto con el proveedor directo, en este caso Fibertel es uno de los pilares sobre los que se sustentan las punto com.

Es tan importante como el nombre, puesto que se funda un prestigio en Internet, el cual se asocia a algo tan simple como el nombre del mail y de ahí se propaga con toda la fuerza de la red al servicio de la difusión.

Es sabido que el mail es para la difusión y comercialización en Internet un producto más, los mails se comercializan, se disputan, se ofertan, no es sencillo contar con una cartera de clientes importantes que no asocia con un mail y de repente desaparecer.

Los que insisten en que no es para tanto ostentan el argumento de que sencillamente se puede hacer que todos los que antes tenían su mail bajo un dominio .fibertel.com.ar ahora pueden redirigir a algún otro nombre cualquiera, como por ejemplo: leterbif.com.ar y ya.

Cualquier cliente que tenga un mail con ese dominio debe cambiar su mail al otro y ya.

El problema es de magnitud, qué empresa puede absorber la cantidad de mails bajo otro dominio que administra Fibertel, ofrecer los mismos servicios o sistemas de seguridad.

Luego está el problema tecnológico, la operatividad del cable coaxil no es la misma que otro tipo de procedimientos.

Sumado al hecho de que el mismo proceso tecnológico que usa la conexión a Fibertel es la que usa Cablevisión, por lo tanto, si se cae Fibertel, cae cablevisión o aumenta los precios al doble o el triple, ya que combinando ambos servicios se llegaba a un precio que ya es bastante más caro que otros servicios.

Lamentablemente, la única información que tenemos respecto a lo que va a suceder proviene de Clarín y La Nación, de manera que el barullo especulativo de crear un fantasma holocaustico es de parte de los damnificados, y por lo tanto poco creíble.

Tampoco nos enteramos bien del asunto porque como se indica, esos medios manipulan la información para que parezca que los usuarios se oponen, que está mal, que es un despojo y en realidad, tiendo a creer que el gobierno no generaría un problema en este momento de año preelectoral sin tener las cosas claras respecto a lo legal.

En suma: cuidado, lo que se informa en esos diarios, es probablemente falso, pero la preocupación es real.

Hay 90 días para regularizar la situación de Fibertel, pienso que con dinero todo se arregla, tal vez, comencemos a ver algunas señales de apoyo a los K. para las presidenciables debido a este asunto, en cualquier caso, tanto tiempo de incertidumbre, sin duda generará, como antes mencioné una migración posible que causará grandes perjuicios económicos en el medio.

Para los que no estamos en Fibertel, no somos ajenos al conflicto, una masiva migración hacia nuestros proveedores significará una degradación importante del servicio.

No dejo de pensar que cuando tengo un problema con mi servicio me demoran casi 15 días en resolverlo, me horroriza pensar lo que pasará si se concreta el cierre de Fibertel.