Discriminación al revés, quién iba a decir que en el mundo usar velo, esa sensual y controversia forma de ocultar el órgano más combativo de la mujer, fuera a ser motivo de asuntos de estado.
En Francia se acaba de declara ilegal, y se multará con 150 euros su uso.
Hay un asunto de cultura comprometido en este conflicto.
Para algunos el burka es respeto a las mujeres, en esos países, se obliga a las mujeres a ocultarse, y se sabe que en el fondo es un medio de subyugación, de sometimiento, una costumbre que le da permiso a los hombres para el maltrato y esclavitud.
Las mujeres, por ley incluso, se ven obligadas a usarlos, e incluso a crecer creyendo que es normal, legal y hasta digno.
Luego está la violencia del terrorismo que necesita que los individuos puedan ser identificados, las miles de cámaras con que se está empapelando el mundo exige que los rostros estén visibles.
Qué dilema, cual es el derecho. Tanto como si se permite, como si se prohíbe, la decisión, personal, la libertad de elección está en duda.
En los tiempos violentos, los ciudadanos tiene que ceder libertades, lamentablemente el mismos sistema que nos protege nos esclaviza.
Ya no somos libres de vestirnos como queramos, disfrazar la identidad está prohibido.
Si por ese lado vamos, no me extrañaría que pronto se prohíban los pearcings, los tatuajes, el flequillo, la gorra, el cubre boca de polar, el maquillaje, son todos artificios con que creemos mejorar.
Mostrarnos al mundo a cara lavada, será la consigna.
Creo que es una locura prohibir el burka, se abre la puerta a todos tipo de discriminaciones al revés.
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