La operatoria para la compra de dólares ha provocado un alerta en los países miembros del Mercosur.
La política de control de la compra de dólares restringe mercados que hasta el momento contaban con controles ya instalados, de manera que las nuevas actividades se ven reflejadas en la dificultad que hubo para adquirir moneda extranjera por estos días.
Las primeras dificultades en el exterior, provienen del Turismo Argentino en Uruguay, país con el que históricamente se mantuvo una estrecha relación económica.
Luego de una reunión convocada debido a las novedades la Cámara Inmobiliaria de Maldonado propuso la alternativa de operar con moneda Argentina.
Ante la cercanía de las vacaciones, lo más rápido, pareció lo más viable, directamente utilizar el peso como tarifa local, hoteles, restoranes y alquileres, comunican desde el vecino país, contarán con la posibilidad de ser abonados en pesos.
Aunque no se menciona el transporte, que es uno de los ítems con la complicación que los insumos se negocian en dólares el barril. En ese sentido no se sabe cómo se va a aplicar esta idea.
El tema, es cuanto menos llamativo, porque estaríamos en relación a Uruguay, bajo la misma operatoria que nos provoca problemas por los dólares, ahora habrá pesos “colocados” en países extranjeros. Aunque aún no es seguro, pues los empresarios uruguayos tendrán que reunirse y analizar la situación.
Lo cierto es que lejos de la ironía, el peso argentino, en referencia al dólar, al no ser estable, pierde la particularidad de ser una moneda de operación cambiaria.
Si bien en Uruguay no es una medida ajena, ya en otras oportunidades, así como e Brasil, el circulante en pesos no era extraño, bajo las condiciones actuales es una decisión riesgosa, de la misma manera que para el ahorrista común, que prefiere, justamente, mantener sus pequeños ahorros en pesos antes que colocarlos en bancos.
Ante la inminencia de las vacaciones, el recurso de aceptar pesos podría tener su contraparte desagradable: los comerciantes tendrán que cubrirse de la inestabilidad de la cotización del peso.
La realidad es que el asunto ha provocado un trastorno de proporciones, imaginen las operaciones en cajeros automáticos, y pagos menudos, como diarios, comidas en la playa o la economía informal, artesanías.
Como sea es un trastorno que hasta ahora a nadie le “cierra”.
La sospecha es que se intenta que el dinero vuelva a los bancos, bajo la consigna de que es antipatriótico ahorrar en dólares, pero nadie dice lo antipatriota de los bancos y el apoyo desde el estado, que con un cerrojo, despojó a los argentinos de sus ahorros en el año 2001.
En definitiva, parece que sí hay memoria en Argentina.
Con el juicio a los asesinos de la época nefasta, no hay olvido ni perdón.
Para los bancos tampoco.
Estas medidas, recuerdan bastante con otro estilo al cerrojo del corralito y por supuesto provocó lo mismo: corridas bancarias. La gente salió a sacar su dinero y hacerlo dólares, recurriendo ahora a los arbolitos, fauna que ya prácticamente no existía.
Qué tendrá que pasar para que los gobiernos tomen medida que hagan fluir la economía en vez de restringirla.
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