Desacelerar es el secreto.
El mindfulness es una nueva práctica, es sencilla y recomendable, si se quiere gratis. Se basa en prestarle atención al cuerpo y llevar a la práctica lo que se “oye” que él solicita.
Estamos acostumbrados a ponerle algo al cuerpo o a poner el cuerpo, pero no a escucharlo, o tratar de percibir las sensaciones.
Entre esas sensaciones hay que descartar las que no nos benefician, como el enojo, la ira, la decepción, la depresión.
Claro que todo lo mencionado es difícil, para ello, hay técnicas. Aunque recién se está difundiendo fuertemente es una técnica que se nació en el 79, hace casi 30 años, en Massachusetts.
Tiene algo del espíritu conductista, requiere de disciplina y control, y el objetivo es la reducción del estrés.
Ojalá el estado tomara conciencia de implementar esta disciplina como se hace en países desarrollados, como Estados Unidos o Japón, donde se efectúa en instituciones educaciones, hospitales y empresas.
Siempre se oye decir que es mejor prevenir que tener que lamentar, sin embargo son pocas las políticas del estado que realmente hacen lo que dicen.
El minffulness requiere de poco tiempo y sería un gran método para las nuevas generaciones que tendrán que enfrentar todos los problemas que heredarán de nuestra generación, el calentamiento global, guerras, la destrucción de los recursos del planeta.
Se sabe de casos que el mindfulness ha sanado a gente hasta de cicatrices de la niñez, y se han observado asombrosas recuperaciones de enfermedades supuestamente terminales.
Evidentemente “hay algo” en nuestro cerebro que se sobrepone a la materia y a la adversidad, habría que analizar más de cerca estas técnicas que prometen grandes beneficios.
El método involucra técnicas de meditación y atención plena a las sensaciones corporales.
Esperamos que pronto haya más posibilidades de conoce más sobre esta técnica.
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