Yo recuerdo que hubo hace muchos años (Alaska en 1989) una fuga de petróleo tan importante que comprometió la población pinguenera, aquella de donde salió la famosa foto del pingüino empetrolado que recorrió el mundo y que despertó conciencia sobre muchos otros derrames, que de igual modo afectaban la fauna marina y por lo tanto los mares y por lo tanto el lecho marino y, toda esa cadena de consecuencias que van echando a perder el planeta.
Por ese momento salió una noticia científica que se había creado una bacteria que se “comia” el crudo y “salvaba” mar y animales, lo que no se dijo es qué provocaba la dichosa bacteria además de comerse el crudo, ni cuales eran las consecuencias de diseminar algo que se probó en esa ocasión, ahora suelto por el mar.
El hecho es que no pasó nada con la dicha bacteria, sin que se haya informado nunca por qué, y la noticia, que fue con bombos y platillos en su momento, cayó en el silencio consensuado.
Sin embargo sirvió para acallar conciencias minimizando el derrame y la gente olvidó el asunto.
Ahora la historia se repite.
Según la petrolera BP, “ha descubierto” una forma de sellar es escape que está ocurriendo en el golfo de México, mandando al fondo marino “materiales”, de los que solo se sabe que contienen goma, eso es al menos lo que declaran, que taponará el mentado chorro de petróleo.
El derrame lo provocó una explosión, y no es la única, ya pasó con otras plataformas, pero esta parece ser la más grave.
Por supuesto, de lo único que nos enteraremos es de que “se arregló”, plantando otra vez la fantasía del control.
Aunque ya a esta altura, el director general de la operación “Tapón”, declaró que no hay resultados con el método, ahora la sustancia, que supuestamente iba a detener el proceso, flota y se está mezclando con el crudo, situación idéntica a la de las bacterias, ahora hay petróleo y una sustancia cuyo efecto es desconocido y de la que lo único que se declara es que tiene goma (cuando todos sabemos qué provoca la goma ingerida por animales marinos), y otras cosas, entre los que se encuentra cemento.
A la empresa petrolera el único dato que se le saca, volteando la cabeza a uno y otro lado es el costo de la pérdida del crudo: 750 millones de Euros y el contador sigue.
En cifras de “jugo de la tierra”, la de Alaska, Exxon Valdez perdió 257.000 barriles.
La actual: 12.000 barriles por día en la más negativa estimación, eso implica: 444.000 barriles hasta el momento, casi el doble de la de Alaska y contando.
No vayan a creer que fue un accidente, no, para nada, hubo muchos avisos y alarmas de que algo andaba mal, y nadie les prestó atención, murieron 11 personas y ahora hay un desastre de resultados incalculables.
¿Quien se responsabiliza de esto?
Nadie. Las petroleras sólo lloran las pérdidas económicas, les importa un corno el resto.
Yo, por lo pronto creo: no hay dos sin tres.
El control, si es posible, debe estar en manos responsables, y es obvio que en ese campo no la hay, cuando se dice responsable, me refiero a personas que piensen en términos de otras personas, animales, cosas, la tierra y no en la ganancia de los petroleros.
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