Si hacía falta alguna comprobación sobre el rol de Obama, él mismo hizo el gesto para sacarnos todas las dudas: Fue la imagen de una marca de ropa, expuesto en un letrero gigantesco en la esquina de centro de Times Square, el corazón comercial de la ciudad de Nueva York.
Qué lindo.
Como es sabido en cuanto cholulage presidencial, somos tan afectos a imitar, podríamos sugerir que nuestra presidenta, por ejemplo, sea manequeen, o sea maniquí o percha o lo que sea de ropa interior.
No sé, yo tengo curiosidad, ¿ustedes no?
No me digan que Obama no es el eslogan del moro, aquél de Shakespeare, con problemas de blancos y soluciones morunas.
Las cosas en el norte, no son tan simples, dicha foto del moro del futuro, fue sacada en un paseo que hizo por la muralla china, es decir, royalty turístico para el moro, además de cachet de modelo.
Ya sé, alguno/a, ya saltará con que este post es deiscriminatorio, pero para aclarar las cosas: sí, es discriminatorio, pero no por el color, sino por el rol: los presidentes que tenemos en el presente siglo parecen de papel.
La vanidad tiene tanta prensa que los tipos se prenden, sino, mirenlo a Chávez, copiando el look Fidel, como si con eso se contagiara algo de la revolución.
No sé, a mi me parece que el mundo está en manos incompetentes.
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Si, así es; y cueste o no creer, la ética -a nivel social, la moral (mores, costumbres)-, no se inculca ni con el mazo ni con el libro. Para mí la cosa pasa por el ejemplo. ¿Conocés mejor ejemplo que el que da quien ama? Yo no. Un líder, un norte, un referente amoroso, puede cambiar al mundo más rápido y mejor, más eficientemente digamos, que cualquier cura o cañón.
La revolución ha de empezar por casa. ¡Otra que burgueses llevo yo adentro mío!, si dictadores, tiranos, malhechores, malvivientes, infecundos y traidores han vivido en mi interior. Yo por eso llevo como colgante del pecho a un dragón. Para recordarme que para emular a los hombres santos hay ante todo, que matar a la bestia que llevamos dentro.
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