Hace un tiempo, vi un documental en tv sobre lo que pasó con el Sars, ese virus que desparramaron las aves migratorias.

Lo peor ocurrió en Canadá, Toronto, donde la mortalidad fue mayor, debido a que ese país no tomó las medidas necesarias en el debido momento, de manera que ocurrieron muertes que se podían haber evitado con la comunicación y prevención necesarias que para ese entonces, ya se conocía, puesto que esa gripe había migrado desde Hong kong, donde ya se tenía experiencia sobre contención de esta pandemia.

Me espanté de ver que en la mayoría de los casos las muertes y sucesos que ocurrieron se debieron a la negligencia de la propia gente y de los gobiernos.

Para comenzar por cuestiones políticas no se anunciaba la realidad de la pandemia, ni se informaba correctamente a las organizaciones internacionales de salud, porque las medidas harían colapsar las actividades que dependen del turismo o los negocios.

Luego, la gente no hacía caso, no comprendía la gravedad, por la misma retención de información del gobierno, con lo cual, aún con los síntomas, viajaba, iban al trabajo, contagiando a todos los que compartían el tren, el ómnibus, etc.

Recuerdo que cuando vi ese documental, pensé: si nos pasa eso en nuestro país, va a ser una masacre, en este país, los políticos no toman ninguna determinación que no los beneficien directamente, ni tampoco hay recursos de salud disponibles para la gente, sino para llenar bolsillos o conseguir votos, ni hay conciencia social en las personas que en vez de hacer lo posible por ayudar en estas situaciones, les importa un comino el prójimo.

La desgracia que imaginé se hizo realidad, y la realidad no hace más que confirmar todas mis predicciones.

El gobierno en vez de primar la salud, realizaron nomás las elecciones, aunque eso significó un peligro para la población, que ya se ven ahora los resultados.

Luego, en vez de declarar la emergencia a los primero dos o tres casos fatales, como hicieron en México, país que estaba bien asesorado al respecto, esperó a que hubiera más de 50 casos fatales.

Ahora, declaró vacaciones, una reacción un poco tardía, pero no acompaña la decisión con una política de contención, como es cerrar toda actividad que agrupe gente.

Imaginen lo que va a pasar, miles de niños en sus casas, con todos esos niños, y nada para hacer, sin cerrar cines, y lugares de esparcimiento para niños, en una población históricamente irresponsable.

¿Por qué históricamente irresponsable?, porque acá todo es “no pasa nada”, cada Argentino cree que lo grave le va a pasar al otro.

¿Quieren comprobarlo? Vayan a los supermercados y vean, cuánta gente está resfriada, anda sin pañuelos, se tocan los mocos con las manos y a continuación hurgan los productos con la misma mano.

Y esto no sólo pasa ahora, sino que pasa siempre.

Me ha tocado en ocasión de pasear un bebé entrar en negocios con la empleada resfriada y al pedirle que por favor no se me acercara, ella contestarme: es mi obligación, porque sino me echan.

Los docentes, tienen en las aulas alumnos con tos, estornudo, permanentemente, sin que los mismos alumnos tengan educación, supuestamente de sus padres, para no asistir a establecimientos con cuadros de gripe, aunque no sea tan grave como la actual.

La gente con síntomas de resfríos o gripes comunes, sorben los mocos y circulan sin pañuelos, escupen en la calle cuando ya la “carga” en la nariz se les hace insoportable. En caso de tener pañuelos, cuando son descartables, se soplan la nariz y tiran los pañuelos en el piso, sin importarles el “rastro” de virus que desparrama.

Entran a baños públicos y en el mejor de los casos se lavan la mano.

Pregúntense los hombres cuántos se lavan la mano luego de orinar.

Tenía una amiga en un trabajo que solía comentar que le daba asco saludar a su jefe, porque ella escuchaba los ruidos del baño de su jefe, y se daba cuenta que no se lavaba las manos para ningún de las actividades que realizaba allí.

Luego, conocí muchas mujeres que comentaban lo mismo.

Señores caballeros: las mujeres notan esas cosas, no sé qué les pasa con la higiene pero eso es parte de la ignorancia que nos hace un país apto para que una peste como esta nos haga pelota en menos tiempo de lo que el Sars se propagó en su momento.

A nadie le importa el otro, ni registran a los otros, la mayoría tiene una mala educación increíble con sus propios hábitos de higiene, no creo que ninguna medida del gobierno logre hacer lo que la falta de educación no puede.

La conclusión es más terrorífica, en este país se dedica muy poco dinero a la educación real, me refiero a la real, no a la farsa de las universidades nacionales de donde no sólo salen tan burros como entraron, sino que encima ahora son burros diplomados.

¿No me cree?, tome una muestra al azar de alumnos recibidos en cualquier universidad de Buenos Aires y pregúntele cuántos libros lee al año, o cuántos leyó durante su carrera, se sorprenderá descubrir que ninguno, en la mayoría de los casos, estudian de apuntes, recontra re digeridos, porque los centro universitarios presionan tanto a las instituciones con todo tipo de reclamo de “ojeriza” contra el alumnado, que lo más importante no es aprender, sino deslizarse entre los años de carrera y obtener el papel lo más fácil posible.

Mientras, tanto para el secundario, como la universidad, los padres, se desentienden, se creen que todo lo  aprenderán ahí, y no tienen la menor idea de que es “raro” que el hijo/hija nunca pida para comprar un libro, pero sí plata para divertirse los fines de semana.

Tampoco les parece extraño que el hijo/hija que estudia no tenga una biblioteca poblada, y libros desparramados en la habitación, sino más bien ropa de última moda, y mucho cd de música.

Y luego ese hijo/hija, se pasará la vida diciendo: es que eso no me lo enseñaron en la escuela, sin asumir la propia responsabilidad que aunque no se lo hayan enseñado tiene la obligación de educarse, y este pedazo de ignorante que les describo, es el mismo que cría los hijos que hoy están a cargo de los destinos-desatinos salubres del país.

Señores, esto no lo cambian unos comunicados por tv., ni unos pocos esfuerzos del gobierno, esto es un cambio de actitud profundo entre todos, comenzando con uno mismo, y trasmitiendo eso a nuestros hijos, mientras continuemos dejando la educación a las instituciones y quejándonos de lo malas que son, no lograremos nada, ya que las instituciones están a cargo de uno igual que usted que culpa a otra institución que no hizo nada por él y así.

Estamos viviendo lo que era lógico que sucediera, la irresponsabilidad nos ha caído con todas sus consecuencias.