La versión Europea de Google News, toma noticias de diarios y diferentes medios y mediante un proceso de jerarquización y clasificación ofrece las noticias en diferentes medios.
Por supuesto que ese tipo de servicios beneficia a los medios que de ese modo difunden su presencia, y llegan a más lectores que los que la tirada en papel usualmente lograría.
Pero hay un pequeño problema, Google, como era de suponer, usa ese tipo de actividad para generar medios de retorno económico, es decir te la vende como gratis pero en realidad la cobra.
Sólo que no se la cobra a los medios que le dan permisos y facilidades para realizar esa actividad, sino que lo gana en propaganda. Google inserta publicidad, y con ello genera valor, o positivo o negativo para el medio que emite la noticia, pero en todo caso lucrativo para sí mismo.
La cuestión es así: Como muchos habrán notado en los diarios digitales hay propagandas, a veces invadiendo el texto, entre el título y el texto, o al costado del texto, al final del texto, formalmente eso es una irrupción que afecta la completitud del texto, el título es parte del texto, cualquier cosa que se inserte allí es una violación de la propiedad intelectual.
En medio en donde la participación incluye aceptar ese tipo de cosas y donde la escritura no está profesionalizada, tal cosa no parece grave, aunque formalmente lo es.
Pero en medios profesionalizados, como son los diarios tal cosa es inadmisible, de manera que la comunidad de editores europeos ha emitido un comunicado negándose a ser invadidos por tal publicidad, aduciendo que es violación a los derechos de autor.
Pero analicemos la cuestión de fondo, la realidad cruda es que no es más que el enfrentamiento de dos potencias: Google, y el cuarto poder, ambos se dedican a lo mismo: la información como medio para obtener sponsor publicitario.
Ambos intereses coincidieron en la creación de Google News, cuyos contenidos es de los diarios, pero a su vez, los diarios se benefician, porque sin el aparato publicitario de Google, ellos no hubieran puesto a su disposición su capital más valioso: las noticias.
Esa discusión es la discusión de dos que se benefician entre sí, pero que ahora pelean la sobras de la olla con restos para rascar: la publicidad paga; las empresas que pagan para publicitar se preguntan: Con quién me conviene tratar para exponer mi empresa.
La respuesta es obvia, una tirada de diario será de un alcance de 200 mil o 300 mil, pero el acceso mediante Google a diarios es de millones, no hay mucho más que decir.
Esta pelea, no es preocupación por los loables principios de los autores que se ven invadidos por la voracidad de los anuncios, sino de quién es el que gana más.
Mientras, ambos poderes se benefician a costa de la traspiración en tinta de los autores, que no reciben ningún beneficio, comparable al que reciben la explotación de sus sudores.
Ni qué decir de los que en medios como este, encima no cobramos.
Oí en una ocasión a un escritor quejarse diciendo: Qué triste la vida del escritor; en referencia a lo poco que obtiene de su trabajo y a la larga cadena de impresionantes lucros desde el editor, al distribuidor, ahora los diarios, luego a Google y así.
Y lo escritores para cuándo.
Ese asunto entre Google y los editores va a terminar en que si Google gana 10 huesos, le va a tirar un hueso a la comunidad de Editores y ya.
Los escritores, bien gracias ni la sobras.
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