Hace tiempo que vengo diciendo que la intromisión de Google, no sólo en el mundo de los negocios, sino que las reglas para “pertenecer”, dejan afuera cualquier intención que no se ajuste a la voracidad capitalista.
De manera que las personas que no se alinean bajo sus decisiones quedan fuera del mercado por decisión unánime de Google.
Debido a esa exitosa política, Google se ha vuelto ambicioso y como espejitos a los indios, nos ha encajado una serie de servicios que los indios/usuarios hemos aceptado encantados.
Empezó con el buscador, con ello probaron la sangre, administran información mundial sobre gustos y placeres del consumidor, de manera que puede vendernos cualquier cosa, así que nos vendió el Chrome, el Androide, el ADDWord, ADsense y sigue una enorme lista que implica escanear libros ilegalmente con el discurso de siempre: es un servicios, no nos lo agradezcan lo hacemos con gusto. Mientras despoja a los autores tranquilamente, total, como siempre digo, Google estornuda y se produce un sismo en algún lugar de la tierra.
La impunidad se a extendido hasta llegar al Google map, en el cual hace uso del satélite para obtener un mapa desde arriba.
El asunto, es fascinante, sin duda, tanto que ha mantenido al planeta como niños observando aquí y allá a ver cómo se ve nuestra casa desde arriba, una vista, sin duda espectacular.
Luego, comenzó a aparecer el “negocio”, empezó a vender “lugares”, si una empresa quiere que sobre ese mapa se muestre la localización de su negocio, señalada con una burbuja azul, no tiene más que pagarlo, como todo.
Es decir la táctica es la fascinación, con un moño de regalo, luego, cuando ya es lo suficientemente visible el “regalo”, te venden el discurso de la “utilidad”.
Ahora he tenido un rapto de esperanza, al menos un país sensato ha levanta la voz: Alemania y ha declarado ese “servicio”, completamente ilegal.
La vista de la casa de las personas o más precisamente, Google Street View, permite ver las calles, imágenes reales de las ciudades a 360 °, y con imágenes con una precisión de 2.50 metros que permiten ver a personas y lo que hacen en sus casas, o patios, lo cual se considera una invasión a la privacidad.
El Ministerio de Interior de Alemania, se queja de ese servicio y de la poca regulación, admite que Google cuenta que información sobre el perfil de la población con mayor precisión que los propios gobiernos de los países.
La Ministra de Interior, Aigner, se muestra asombrada de ver que en el mundo se esté permitiendo semejante intromisión.
Es decir, que alerta sobre los accesos de Google a los ámbitos de la vida privada de los habitantes con fines publicitarios.
Sobre esto es precisamente que vengo diciendo: nos están invadiendo y lo estamos permitiendo. La misma empresa que se arroga todos los derechos, no sólo de invadir la privacidad sino otras actividades ilícitas como despojar a los autores de los derechos de autor escaneando libros sin control, ni derecho, entre otras actividades, y todo esto sin que ningún país tenga, hasta ahora, efectividad para detenerlo.
Una forma de detenerlos, o de bajar el nivel de poder: usemos www.bing.com
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