Para el que es observador habrá notado que últimamente, hay una abrumadora oferta mediante anuncios esponsoreados por Google, el motivo es la introducción de Google en el negocio del turismo, como acaban de admitir recientemente.
Cuando esta clase de anuncios se publican, ya sabemos que en la práctica el asunto, seguramente, ya está vigente y quién sabe desde cuándo.
La pregunta es: cómo sabemos que esa actividad es inócua en el buscador. Cómo sabemos que no se amañan resultados para favorecer a determinados negocios de Google.
Muchos piensan que por qué Google no va a aprovechar su propia herramienta en su beneficio, el asunto es que va contra las leyes de monopolio.
Si Google ha logrado establecer su servicio de búsqueda en un servicio público y masivo, deja de ser un producto privado para tomar cualidad de interés público, lo que lo hace pasible de toda observación de conducta indebida.
Esto es al menos en los papeles, en la ética, en la realidad, la mayoría sospecha que los resultados de Google son amañados, en algunos casos han sido llevados a juicios, pero en todos los casos se detienen por incomprobables, salvo admisión por parte de Google como en este caso.
Por supuesto la industria turística que es un sector altamente competitivo que invierte en publicidad, medios, aunque tiene un retorno de cifras millonarias ya plantó una bandera de guerra, presuponiendo competencia desleal.
Lo que se sabe a ojos vistas es que Google tiene una nueva presentación para sus resultados de servicios de búsqueda de vuelo para aquellos resultados que los favorecen.
Se esperan turbulencias respecto al tema, ya que hay fuertes compañías aéreas y de turismo que han levantado la voz de alerta.
Cualquier búsqueda de vuelos remite a productos Google en vez de los vínculos de las principales compañías, las que quedan relegas a un plano inferior de la página.
Lo que parece claro es el extraño poder comercial que ejerce Google, que en un comienzo tenía la política de presentar resultados simplemente, pero que cada vez que pretende extender sus tentáculos, comienza a desvirtuar la herramienta en propio favor, dejando de lado el sistema de “servicio público”.
Ya desde el año pasado que el gobierno de estados unidos dice investigar sobre las prácticas de Google en referencia a los negocios paralelos y lo que declaran, pero, aunque hay muchas evidencias sobre los resultados amañados, nadie dice nada. Lo que los simples usuarios descubren con una breve investigación es invisible a los expertos del gobierno.
Pero, tomaron el camino de siempre: Google “arregló” con el gobierno “favorecer” o incluir enlaces de ellos, o sea, concernientes a los intereses del gobierno, en los resultados.
Esto quiere decir que se reconocen resultados amañados, pero ahora con culpas compartidas con el poder de turno.
El resto, con semejante competencia desleal que se enteren, el modelo se llama: capitalismo salvaje.
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