Que un comandante de las fuerzas aéreas estadounidenses haga declaraciones de crítica al gobierno, respecto a la política del país del norte en Afganistan, se hubiera considerado alta traición por otro que no fuera Obama, quien se circunscribió a pedir explicaciones.
El imputado, el general McCrystal (¿Irlandes?), se disculpó públicamente por sus palabras, asumiendo que tuvo un “criterio equivocado” en sus declaraciones.
Las mismas se pudieron leer en la revista Rolling Stone (¿a nadie le llama la atención que la administración Obama controle las publicaciones de esa revista?).
Hoy, viernes, habrá una teleconferencia sobre el tema Afganistán y Pakistán, a la que obligan asistir a dicho General, tal vez con la idea de “inculcar” conciencia a dicho señor. Siempre me sorprende la ingenuidad de la teoría conductista de los estadounidenses.
El sistema “videíto moral”, que ya nadie se traga y que se sospecha es una cubierta para la prensa, sigue usándose como si el resto del mundo se tragara ese sapo.
Dicho General solicita permanentemente presupuesto y efectivos para “controlar” ese país, mientras que Obama, su comandante en jefe, piensa de otra manera.
Estoy asustado, pienso que pronto el mundo sabrá de una terrible desgracia, porque el resto del mundo sabe y asiste impotente a las luchas intestinas por el poder bélico de esa nación, suelen ocuparse de que ocurra algo realmente malo, una bomba atómica, algo muy aleccionador y en el que morirán miles de personas, sólo para que el Generalito tenga su presupuesto y sus soldados.
Y este es el mejor momento para que ocurra algo de terrible magnitud, en tanto los países están relajados y distraídos disfrutando del mundial.
Entiendo la alegría de los países, pero yo, lamentablemente no puedo más que notar que estamos ante una posible catástrofe que de alguna manera se “acomodará” para que el General obtenga lo que pide y crean, con ello, estar justificados ante el mundo.
|