Casi simultáneamente al anuncio por parte de Irán sobre la producción de Uranio enriquecido –leer mi nota anterior-, el mismo país ha roto relaciones con Londres, la razón es el despojo.

Inglaterra mantiene en “perenne” calidad de “préstamo” una reliquia de Irán que debió devolver el 7 de febrero, para luego revocar unívocamente ese acto y decidir posponerlo hasta julio.

Irán, por supuesto, no aceptó tal cosa, y está en su derecho, Inglaterra, otro país invasor, se ha tomado la libertad de posponer la entrega sin consultar y sin que le importen las quejas del dueño del objeto.

Se trata del famoso Cilindro de Ciro, lo cual es una ironía, pues dicho objeto es precisamente considerado la primera declaración de derechos humanos de la historia, labrado en el reinado de Ciro el Grande 559-530 antes de Cristo), el Cilindro de Ciro es un código de temática legal escrito con caracteres cuneiformes, fue hallado en 1879 en Esagila, lugar donde se ubicaba el templo de Murdak en Babilonia.

No es la primera vez que se rehúsa a entregarlo, ya pospuso la entrega antes, estirando la cuerda de la paciencia en las tensas relaciones con Irán, en Septiembre del 2009.

En ese momento, la excusa fueron la inestable situación de Irán por las elecciones, excusa que produjo más malestar porque se acusó a Londres de interferir en asuntos internos politizando un objeto de acerbo cultural de Irán.

Ese hecho por supuesto, cabe esperar que lesione la voluntad de cooperación y exposiciones de objetos de los países por culpa de estas situaciones enojosas.

Se entenderá que Irán y otros países no occidentales se nieguen de aquí en más a prestar objetos que den cuenta de su cultura.

Estamos asistiendo a un obvio arrebato y a una “invasión virtual” y un saqueo real de un objeto valioso, con argumentos inaceptables y ya usados con la misma intención a otros países como Egipto.

Mientras, las organizaciones museológicas de Irán, se han puesto de acuerdo en evitar toda cooperación con el Museo Británico, y retirar los premisos arqueológicos que disfrutaba esa nación, a la que desde ahora se conocerá como expediciones de saqueo.