83 años tiene el dictador, preso en un lugar dentro de Campo de Mayo, es decir, vacaciones perpetuas.
El mensaje es: si usted es un asesino, ladrón de niños, torturador, responsable de la muerte de miles de personas, un genocida probado, pero pertenece al ejército, el castigo es menor y posiblemente no le llegue nunca, como a tantos.
El único juicio que lo da por tal delincuente fue la audiencia de Nuremberg, en Alemania, y por la muerte de un ciudadano Alemán, desaparecido durante la dictadura.
Pero claro, los jueces alemanes no contaban con los argentinos; en el 2005 uno se negó a cursar la extradición a ese país, no contaban con la complicidad entre ejército y “justicia” que permitió semejantes barbaridades.
“El final de la impunidad en Argentina”, figura en los titulares de los diarios, lamentablemente no creo eso.
Pero no olvidemos: el sumario de esta causa fue por la desaparición de un ciudadano aleman, Käsemann, hija del pastor luterano Ernst Käsemann, el jucio fue contra Videla y Massera.
El juez: Sergio Torres. Negó la extradición. Quizás las cárceles alemanas no serían tan cómodas. Además se le acortó la sentencia por la edad avanzada.
Los asesinos no tienen derechos a nada ni por edad avanzada, y mucho menos cuando con nuestros dineros sostenemos countrys en Campo de Mayo para ocultarse y zafar del verdadero castigo.
No se hizo justicia.
Ahora habría que investigar al juez. Porque estamos dando un mensaje muy claro: en Argentina los delitos quedan impunes.
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