Por experiencia sé que todo lo hablado y las buenas intenciones de dicha reunión caerán en saco roto y predigo desde ya lo que va a pasar: incursiones desde tropas norteamericanas en los países vecinos y más allá con la excusa de persecución de narcotraficantes, intervención en las comunicaciones y sobre todo: encubrimiento por parte del traidor Uribe que esta está vendiendo su patria, entregándola a intereses extranjeros.
Por lo demás se espera un refuerzo en el tráfico de drogas y de armas y políticas de desconfianza entre los países que conforman el UNASUR con fuertes políticas de desinformación de la CIA, esta película ya la ví, no hubo ningún país, ni sudamericano ni de otro continente que no haya sido segado por un golpe con origen económico en Norteamérica que no sirviera para controlar políticas internas a favor del país norteamericano, cuyo resultados han sido muerte, destrucción, pobreza, atrasos y explotación que sufrimos hasta el presente.
Por más que el presidente Evo Morales insista en sugerir que si se escribe en un documento que en Colombia no habrá bases militares extranjeras, dicho propósito se cumplirá por obra y gracia mágica de un papel, lamento profetizar que tal cosa caerá en completo olvido y la letra que se ha escrito con la firma de los presidentes del UNASUR será usado para limpiarse el traste por parte de los norteamericanos.
No tengo ninguna duda que esto dará un dolor de cabeza a los países de Sudamérica y que será una nueva forma de invasión consensuada por el traidor Uribe.
Además de enviar comisiones para vigilar las actividades norteamericanas se tendría que revisar las cuentas bancarias de Uribe y publicar los 30 dinares que le costó su país.
Mi venia al presidente ecuatoriano Correa que enfrentó con datos y dominio las argumentaciones de Uribe, y pullas al presidente Lula que en el momento menos indicado se puso a poner palos en la rueda, presidente Lula: es una falta de respeto “retar” a la presidente de un país anfitrión por sus decisiones respecto a la prensa de su país, y luego también exigir que los otros presidentes hablaran en tiempo y forma que a usted se le de la gana porque eso le haya quitado tiempo para ir a tomarse una caipirinha.
La gran conciliador: Cristina, un aplauso por su paciencia, que saltándose el protocolo no se le rompió una uña del pie para ir a buscar personalmente a Uribe para la foto, y se bancó la cara de ortis del mismo y se la veía muy atribulada detrás de los detalles, las discusiones, impresión del documento y atención de todos que se dispersaban, protestaban y seguían un recorrido imprevisto, que la hizo correr detrás de una desprolijidad a que los propios presidentes contribuían.
Vienen tiempos negros.
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