Desde una visión global, Evo Morales llega al poder casi por portación de cara, su supuesto origen indígena que en Bolivia, por siglos fue excluyente para la presidencia, ha provocado un giro, como en el resto del mundo: Mujeres presidentes, Presidentes negros; en casi cada caso, parece haber una penetración cultural inesperada.
Obama en Estados Unidos, parece más “blanco” de lo que esperado, blanco en política, blanco en acciones y blanco en casi todo lo que nadie esperaba.
Cristina Kirchner, devino en una líder inesperada, a pesar de la viudez que aparentemente le había habilitado el mando, ahora se sostiene por sus propios pies.
Evo Morales, indigenista, bajo promesas que acompañaban a su pueblo, está pronto a someterse a una cirugía, se querrá operar el indigenismo.
Los 500 años de Coloniaje y los 200 de presión no podían menos que penetrar en la cultura precolombina, de ese modo el molde de Evo Morales, es una mezcla que recién está percibiendo el mundo.
Mi inquietud proviene del asunto de la carretera, que Evo Morales impulsa construir una carretera que partirá el parque Nacional, usando tierras que él mismo defendía no hace mucho, a un costo exorbitante de 415 millones de dólares por 36 kilómetros, avanzando sobre territorio del Amazona Sudamericano y hogar de comunidades indígenas.
El asunto generaría, lo que mismo que ya está ocurriendo en Perú con el deshielo de las cumbres, el proceso de desertificación provocado por la sesión de tierra por parte de Alan García, en su momento, que ya ha generado un derretimiento del 30 %, sin solución hasta la actualidad - el proceso de desertificación es muy difícil y caro de revertir-, y mucha presión por parte de los países participantes en la Cumbre del Clima.
Lo sorprendente es que Evo Morales incluso se ha negado a firmar el documento de la Cumbre, que se realizó en Cancún, siendo el único país opositora, con el discurso “defender la madre tierra”, afirmando que los derechos de la tierra son superiores a los humanos, y una declaración en contra del consumismo y exceso de explotación de los recursos por parte de Occidente.
Esta filosofía no parece llevarse bien con el proyecto de la carretera, que no es meramente incautar los hogares a los pueblos originarios, sino que afectaría seriamente la política del país.
Con el proyecto, incluso vulnera la propia constitución instaurada por el propio Morales, que especifica claramente que no se pueden tomar decisiones sobre territorios sin el consenso de sus ocupantes.
Por otra parte, Bolivia, tiene como eje de producción la coca, con lo cual, en su momento defendió la protección del cultivo y el derecho de su pueblo sobre el cultivo de la hoja, bajo esa excusa su argumentación es que necesitan la carretera para habilitar tierras, hasta ahora protegidas como parque Nacional, para el cultivo, favoreciendo la agricultura.
Ahora recordaré al Evo Morales del 2008:
· Creo en la conciencia del pueblo Boliviano.
· Primero es la nueva constitución. Y mediante la nueva constitución el gobierno va a garantizar autonomías. Pero autonomías para el pueblo; no autonomía para la oligarquía y las logias de Santa Cruz.
· Yo creo en la conciencia del pueblo y estamos en la etapa de cómo construir el poder del pueblo y es una lucha histórica. (Se refería a la oposición de la Oligarquía por su llegada al poder)
· El pueblo, las fuerzas sociales son tan sabios para identificar a sus enemigos históricos y también enemigos coyunturales.
· El gobierno es transparente. Vengan de donde vengan, si son facilitadores, mediadores, si son instituciones, o personalidades, no tengo ningún problema. Mejor, que sepan lo que está pasando en Bolivia: discriminación de esos grupos, de esas familias, de esas logias. Tienen derechos, y los respetamos, pero más derecho tienen los pueblos por una justicia social.
Todas estas palabras en referencia al despojo de los pueblos originarios de sus tierras.
Evo Morales impulsó que la constitución contemplara el respeto a las decisiones por parte de los pueblos originarios de decisiones sobre su tierra.
El poder se parece mucho a esa sustancia que hay abundante en el libro de ciencia ficción Duna, que luego de estar sometido a ella, transforma a las personas.
Dónde quedó el discurso sobre “respetar” la opinión de los pueblos originarios que se niegan abiertamente a semejante herida que Evo Morales le quiere propinar a la tierra, a sus ancestros, al patrimonio de Bolivia, a cambio de qué.
Y nadie habla del “costo” del proyecto cuyo origen parece obvio: capitales del imperio, como en Duna.
Qué triste final para una persona que pudo cambiar la historia, no sólo de su país, sino dejar un mensaje importante al mundo.
Ahora, ya sabemos que es como todos, y que la portación de cara era eso nomás: cara. Se quedó fuera del lenguaje, ahora no es ni indigenista ni imperialista, los del país del norte, en cuanto puedan, le dan una patada que lo deposita en algún lugar como Miami, mientas se van quedando con Bolivia.
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