No tiene sentido plantearse el problema generado por esa fábrica dentro del ámbito de protección del ambiente. Es casi casi una ingenuidad. Eso fue nada más que la excusa, como pasa con tantas y tantas cosas. El asunto es esencialmente político, fundamentado en el sistema del tero, que grita como loco bien lejos del lugar donde en realidad tiene puestos los huevos.
Terminó, como empezó, siendo una payasada, con el debido respeto a los payasos. Realmente, esa "Corte", en La Haya, resolviendo el problema poco menos que con peluca. Yo pasé por ahí alguna vez. El edificio es impresionante, antiguo y bello, todo tan pero tan lejos del río Uruguay.
También anduve, hace tiempo, saliendo de Fray Bentos, en ese lugar pintoresco y medio salvaje, creo que se llama o llamaba Las Cañas, donde ahora pusieron la pastera. Lindo sitio para hacer el asado y poner música de chamarrita. Múcho más bonito que en la otra margen del río, en Gualeguaychú, pero donde por supuesto, también se hacen los asaditos.
En resumen, que uno se da cuenta que con ese conflicto mucha gente ganó platita (incluyendo los jueces de Holanda) y muchos otros nos quedamos con el problema que ahora la vista desde la parrilla es mucho peor, y el paisaje está más feo, lo mires del lado del río que lo mires.
Y esta conclusión debe querer decir algo importante, pero la verdad, no me doy cuenta de qué es. |