Ah, bueno, si vamos a ponernos en rigoristas (pero claro, sin hacernos cargo de nada), he aquí algunas palabras curiosísimas aceptadas por la real academia. A escribir bien y hacer cultos y no vestias, porfabor: beicon o bacón; ampáyer (árbitro de béisbol); beis o beige; picop o picap (auto); pimpón, pimponista (deporte); pirsin; pipermin; parquin parquines (estacionamiento, aparcamiento o parqueadero); disyóquey; jóquey (deporte); yóquey o yoqui (jinete); campin (campamento) plural cámpines; rosbif; elepé; ránquin, ránquines; bodi (prenda); blus, bluses, blusero (música); dumpin (comercio); devedé (DVD); váter (wc); sexapil; bisnes; clínex; baipás (cirugía); yacusi (bañera); márquetin; zum (en cámaras); rali (rally); castin, cástines; espray, espráis; tique o tiquete (boleto) Entonces, una mujer que ejerciera aquella a la que llaman la profesión más antigua del mundo escribiría, con total corrección, algo así: "El otro día fui a un castin: ahí conocí a un yoqui con tremendo sexapil. Me invitó a su yacusi, y acepté. Me quité mi bodi beis y le pregunté: "¿tenés algún devedé con música?"... Me dijo que no, que sólo oía elepés de blus... Tenía un pirsin en sus partes pudendas, las que, dicho sea de paso, ni con zum... Su sexapil resultó ser puro márquetin. Pero igual le cobré... porque, se sabe, bisnes is bisnes." Qué arrasamiento cultural... ¿no le parece?
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