Digo que el "rosbif" no existe. O sea, que no es un corte de carne: es una expresión. Una utopía de los ingleses, que los españoles y otros europeos tomaron para la chacota y denominaron brevemente así, cuando el original británico es "roast beef". "Roast", que viene a significar "asado", o "cocinado al fuego", y "beef" que es la designación genérica para "carne vacuna". Cualquier pedazo de carne vacuna.
"Roast beef", en definitiva, quiere decir "un cacho de carne de vacuno cocinado al fuego". Claro, de ahí a decirle "rosbif" al pedazo anatómico de carne que en cualquier lugar aparezca como el más adecuado para eso, media un trecho similar al que condena al corte conocido como "cuadrada" al que, sin preocuparse por su posición natural en el esquema corporal bovino, mientras se lo corte en fetas delgadas, se lo termina bautizando como "carne para milanesas". Si la función hace al órgano, el uso denomina al trozo de carne, es más o menos asi la cosa.
Para asesorar mejor a la estimada señora de la casa, habría entonces que averiguar qué cacho de beef se proponen roast los ingleses en la principesca festichola. Que bien puede ser el lomo ("tenderloin" en la lengua de Shakespeare) en cuyo caso el precio resultará casi como para colgar un pedazo de la cadenita al cuello, o, si se trata de ahorrar, se puede hacer y por qué no un roast beef de tortuguita.
Lo más común para el rosbif es usar los bifes, "anchos y angostos", en terminología criolla (más ciertamente el ancho) despojados, por supuesto, de esos simpáticos huesos que transforman a los trozos mencionados en "costeletas" en la versión carniceril. Pero, como ya lo puso oportunamente Don José Hernández en boca de uno de sus personajes, si todo bicho que camina terminará rostizado, lo que hagan los ingleses será lo que deba ser, y que God save the Queen, porque de todas maneras, si para algo sirven los casamientos, es para criticar, y salga bien o mal, nadie está a salvo del implacable filo de la lengua.
Igual, a mi no me invitaron, y quiero suponer que a la santa señora de la casa, tampoco. Entonces, para qué nos vamos a preocupar...
No vamos a pretender, ahora, que los ingleses entiendan de comida. Nunca inventaron nada, salvo tal vez los scons, que suelen terminar siendo útiles como piedra para la honda.
A ver cuando la señora de la casa invita con un buen matambre seguido de ñoquis de papa. Para un acontecimiento semejante ni siquiera hace falta que se case nadie. Lo arreglamos con un cumpleaños más o menos difuso o una fecha patria.
Una botella de Chianti, y buen provecho.
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Rafa* |
4/26/2011 9:20:48 AM |
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Cosa que me gustaría saber y que jamás hube tiempo de aprender es esto de los vinos. Que merlot, que carmenere, que chianti, que shiraz, borgolino, pinot, cabernet, malbec, sauvignon ... ¡uf!, creo que jamás podré distinguir bien a uno de otro. Sobre todo, por- que al vino llego -recurro digamos-, cuando muy tarde, estoy ya en decidida borrachera.
Nunca encontré nada sencillito que me diga, por ejemplo, que mientras el tannat es complejo y pesado, el merlot es más ligerito y aguado ... ¿Alguna idea de guía facilonga? |
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