Para los que se interesan en el análisis de los sistemas con que Google trata la clasificación de los sitios, hay una suposición de que se basa en un análisis de contenidos de los sitios, y que cuenta con herramientas de análisis de textos para evitar que sitios de contenido inconvenientes se vean beneficiados, como sitios de contenido violento y otros.
En estos días se han suscitado una serie de cambios en las posiciones de sitio, luego de algunos anuncios por parte de Google y retroceso en algunas de las políticas de expansión como el hecho de tratar de colocar en el mercado un browser propio, sin que deje de existir la posibilidad, no está muy clara la política de beneficio en su utilización.
Un poco porque Google parece que disfruta de la confianza generalizada, la difusión de su sistema Analitycs para el posicionamiento en buscadores, así parece indicarlo, pero hay una marcada tendencia a dejar de lado la herramienta porque no ofrece ninguna garantía ya que en la mayoría de los casos se limita a indicar que algo está mal, pero no orienta por qué y porque sitios que se encuentran peor, analizados según esa herramienta, se encuentran mejor posicionados sin la herramienta.
En algunos casos, se deja de lado sus recomendaciones porque sugieren prácticas que son poco económicas en otros aspectos, como el hecho de encontrar inconveniente el uso de templates, que son herramientas que ahorran horas en el mantenimiento y diseño de sitios. Es decir, lo que ahorra en trabajo de diseño, Google lo declara como práctica inconveniente, lo cual genera un gasto sostenido y un tiempo innecesario en el mantenimiento de los sitios, sólo para "conformar" las políticas de Google.
Como siempre, se advierte que el posicionamiento en buscadores es un conjunto de estrategias, no depende de un solo hecho.
Sin embargo, bajo la suposición de que Google cuenta con la posibilidad de análisis de textos, he realizado un breve análisis experimental basado en su herramienta ADSense, la cual consiste en que los que se anotaron mediante el sistema de clic por pagos, aparecen en aquellos sitios a los que se supone que acceden nuestros posibles clientes, llamándose a estos, avisos de contexto emergentes.
Google analiza la página en la que va a aparecer el anuncio y selecciona desde sus patrocinados aquellos rubros similares, exponiendo al usuario los sitios que se supone vinculados al tema de interés del usuario, de manera que éste tenga la opción de con un clic acceder a una página que puede contener lo que él busca.
Parece una idea sencilla, en la que todos ganan.
Con ese criterio, no pude dejar de observar, que dicha actividad no parece coincidir con los resultados que Google propone, el presente artículo es un análisis de lo que realmente sucedió sometido ese modelo al proceso real de funcionamiento.
(Para el presente estudio se han borrado las marcas de identificación del medio, para evitar involucrar innecesariamente al sitio anfitrión, que es ajeno al presente análisis.)
El sitio en cuestión, muestra vínculos a otros sitios en donde se discuten diferentes servicios y su aprovechamiento desde el punto de vista del posicionamiento web.
Veamos unos de esos artículos:
Utilicé otros ejemplos, sobre temas completamente diferentes, para ir delineando una pista que permitiera determinar el sesgo de esa clasificación, como un modo de percibir el patrón de interpretación.
Seleccioné un tema completamente diferente: Literatura.
En la carrera de los diseños basados en teoría de posicionamiento, el peor lugar se lo lleva precisamente la cultura, en principio porque los mecanismos de construcción de los sitios no se hacen para conformar al Google, sino que los espacios culturales se llevan adelante con esfuerzos fuera de los circuitos económicos, e incluso los que se encargan de mantener los contenidos, no son usuarios especializados, son personas interesadas en la cultura.
Especialmente se nota el desajuste en la interpretación del Google en los contenidos como el siguiente:
Este tratamiento de la información, no parece dar resultado en ciertos casos del tipo siguiente: uno de los aspectos que Google resalta siempre es que en el texto que contenga el sitio, debe incluirse las palabras claves afín de que el robot pueda clasificar el sitio. Es una de las condiciones primarias.
El tema es que: un poema pertenece a una clasificación, pero no por sus contenidos, sino por su intención, de qué manera se conforma al robot si la palabra “literatura”, no tiene intervención en el poema. No es posible.
Este es el mal que sufre la mayoría del material que contiene información interesante para los lectores, pero que no forman parte del circuito comercial de librerías, o de venta de algo que tenga que ver con literatura.
Colocar “literatura latinoamericana” en el Google, no remite a contenidos, sino a artículos sobre literatura latinoamericana o sitios que venden libros que han colocado esas palabras en alguna descripción de los libros.
Para llegar a los temas que interesan entonces, hay que hacer una especie de curso, en donde se transforma una propuesta cultural, literaria o artística en una propuesta que requiere de inversión económica, que es justo una actividad que los sitios culturales no proponen.
De esta forma a los sitios que colocan ofertas interesantes de servicios o artículos u otros intercambios, se dan cuenta que si no pertenecen al circuito que tiene en cuenta los factores de posicionamiento, realizan esfuerzos inútiles y probablemente infructuosos, de manera que se ven obligados a caer en actividades económicas y actividades de diseño fuera de sus intenciones para lograr llegar al usuario al que va dirigido.
Es así que vemos sitios con enorme cantidad de ofertas comerciales que al lector no le interesa, y que en mucho de los casos es la causa, precisamente, de no permanecer en esos sitios, porque la molesta la saturación visual a que se ve sometido los desalienta, mientras, los sitios se ven obligados a utilizar ese tipo de "complemento", para poder subvencionar el propósito de difusión.
Algunos escritores, con esfuerzo personal de cada uno de los integrantes, ha colocado su tiempo y dinero para prescindir de esas actividades y ofrecer un medio para llegar al lector, sin necesidad de sostener una infraestructura que en definitiva sólo se basa en criterios comerciales, pero sin la ayuda de medios alternativos, es poco probable que ese esfuerzo tenga algún resultado.
Google se jacta de ser un medio que promueve la "justicia" en cuanto a los criterios que utiliza para el posicionamiento en buscadores, el término justicia parece que va emparentado más bien con una muy clara definición: justicia, claro, en los términos que define Google.
De manera que cualquier otra interpretación no es ni siquiera discutible. La casa gana.