En artículos anteriores, comenté aproximadamente la diferencia entre Web 1.0, Web 2.0, Web 3.0, desde el punto de vista del objetivo comercial de esos conceptos; pareció una idea sencilla y fácil de llevar a cabo, y lo es, por ello hay una explosión de convocatorias a sumarse a propuestas para establecer relaciones de todo tipo, en sitios de redes sociales como Igooh, o de relaciones de parejas o, los más, sexo, juego y todo tipo de distracciones en red.
Hay además un grupo de propuestas, que se encuentran también difundidas, pero con un disfraz mejor que el de las redes sociales, se presentan con un extraño equilibrio entre pasar desapercibidos o llamar la atención por los colores o expresiones simpáticas, y se llaman marcadores sociales. Coloqué en la imagen la forma en que se ven en los sitios.
Son pequeñas y subrepticias aplicaciones que señalan páginas, es prácticamente igual que el favoritos que tiene en su browser o navegador, pero el artilugio no se encuentra en su browser, sino en sitios.
Es decir: podrías acceder a tus favoritos, estando en cualquier otra máquina.
Como todo lo que se ofrece en Internet, tiene dos vías: una vía, la que expresa tu deseo, la otra: el que quiere complacerte.
En la segunda vía está el aprovechamiento económico.
Creo que siempre existirá una ambivalencia entre si te están vendiendo o estas comprando; los marcadores sociales son una tentación interesante de manera que la respuesta no parece importante.
La telaraña de marcadores sociales exhibe, en forma sutil, o "marketinera", las "ventajas" de la propuesta: no sólo podrías acceder a tus favoritos desde cualquier computadora, sino que podrías compartirlos con amigos y familiares.
Esas actividades tienen un procedimiento oculto y es el hecho de que te obliga a clasificar los sitios, según una palabra llamada marcador. Un marcador es una palabra que significa algo para vos, que dispara una asociación en tu cabeza y que quizás sólo tiene un significado para vos.
Es algo así como cuando una anota en una libreta de direcciones la palabra plomero, en vez del nombre del plomero, lo que establece una asociación con una actividad, en vez de con la persona.
Del mismo modo, cada uno usaría una palabra diferente quizás para los mismos sitios.
Bajo el lema de que los marcadores llevan orden al caos, pues entre las 15 millones de páginas que dicen que existen, ordenar unos cuantos cientos, es un trabajo administrativo que los marcadores sociales dicen solucionar, convencen a la mayoría de su utilidad.
El aspecto social, es que los marcadores son públicos, de manera que cualquiera puede ver cómo marcaste tus sitios, puede imitarte o generar nuevos.
También son jerárquicos, en el favoritos, no hay una jerarquía, el usuario tiene que ocuparse de abrir el árbol de contenidos en el favoritos, pues todo en un solo lugar es confuso, los marcadores solucionan el problema por vos.
Lo que hace el usuario es colocarle palabras que identifican por asociación los sitios, luego, cuando se busca un sitio, se señala una palabra, la aplicación encontrará un grupo que puede significar lo que se busca, de ese grupo se puede seleccionar otra palabra y así, ir acercándote a la que se busca.
En otras palabras, lo que estoy describiendo es la fuente de información de la red semántica o Web 3.0, que comenté antes.
En un principio entonces, lo que parece una desventaja, y que es el hecho que cada uno clasifica con marcadores personales que no significan demasiado para otras personas tienen dos destinos: o dice algo del autor del marcador, una particularidad asociativa personal, o “pega”, y comienza a ser usado masivamente, como ya ha ocurrido con otros vocablos: “loser”, “troll”.
Ambos casos son aprovechados para alimentar una web semántica, como es obvio, en un sentido individualiza, aprende a conocer particularmente a cada usuario, en el otro, asocia el usuario a otras personas, o sea, asocia al usuario a otros recursos.
Una actividad que distingue unos de otros marcadores sociales, es la posibilidad de sindicar los datos.
Sindicatura o redifusión, permite utilizar los datos ya clasificados por etiquetas o marcadores de un medio a otro, propagando de este modo los gustos y marcadores de las selecciones de los usuarios.
En todas estas definiciones, se encuentra un campo invisible, para el usuario al que está dirigido el artilugio, que es la tecnología en la que se desarrolla cada propuesta, velocidad de propagación y el bien más importante: cantidad de usuarios en uso real.
Por supuesto, todas las definiciones que comenté, exponen la razón por la que los marcadores sociales son de uso económico, comercial y por supuesto es la sustancia de la que drenarán la sangre con que se creará Web 3.0 o web semántica.
No es de extrañar que detrás de estos artilugios, importantes empresas de posicionamiento en buscadores aporten ideas, compartan conocimientos e incluso negocien resultados.