Entre otras reglas sin explicación aparente, que despierta ciertas suspicacias, se ha detectado un tipo de actividad en el Google, llamada Sandbox.
Parece que Google, se distingue entre otros buscadores por insistir en juzgar la moral de los sitios, probando algoritmos con que intenta dar una lección de justicia y ha puesto en práctica una ley que promueve la idea de que: “eres culpable, y tu eres el encargado de probar tu inocencia”, con ello un sitio sospechado de ser “falsamente” accedido por cuestiones ajenas al interés en el sitio, es retirado del posicionamiento logrado y colocado en una especie de limbo, sin clasificación, hasta que por algún medio, que por supuesto es inabordable, puedas demostrar que es una presunción falsa.
Con esto estamos diciendo que si por algún logro intrínseco del sitio, tiene demasiado éxito y logra accesos inusitados, será catalogado de sospechoso inmediatamente y retirado de la posibilidad de pelear por los puestos interesantes en el buscador.
La palabra justicia, si bien es muy utilizada por los voceros de Google a la hora de dar conferencias o entrevistas, no tiene nada que ver con la política real con que Google nos enfrenta, aunque nos cueste admitirlo, en la definición de justo prevalece sólo la opinión de Google, la apelación cae en el vacío de la indiferencia.
Es cierto que hay sitios que recurren a la compra de ingresos, al intercambio de links e incluso a parientes y amigos, pero, ¿por qué eso debiera considerarse ilegal? ¿Acaso no es Google mismo el que promueve la venta de vínculos en su propio sitio?
Como sea, la actividad de control que lleva adelante Google, ya muestra señales de extravíos insensatos, sitios que se encontraban perfectamente posicionados por ser líderes en sus temas, sin movimientos económicos de ningún tipo, desaparecen sin sentido, de repente, sitios que es obvio que no podrían pagar ingresos, ni vínculos por ser temas específicos del arte, o por tratarse de sitios mantenidos con esfuerzo por sus autores y sin cobrar por sus propios trabajos o aportes.
He notado esto en sitios de literatura que no presentan ningún problema de propaganda ni intercambio de vínculos, que no promueven ninguna venta de ningún tipo ni ofrecen propaganda de otros sitios, el sitio no muestra evidencia de ninguna actividad económica, ya que no vende ni compra, ni publicita, y sin embargo desaparecieron repentinamente de las posiciones que sostenían.
No se entiende que su posición moralista se contradiga permanentemente con sus actos.
No es esta una crítica sobre actividades a las que Google como producto hegemónico, tiene derecho, sino a las reglas que no son ni iguales para todos sino que diferencial, en los casos de sitios señalados con el estigma del Sandbox, porque actúa frente a sospechas, a prueba y error de algoritmos oscuros que afectan a personas e instituciones, en muchos casos sin fines de lucro.
¿Cómo se defiende un usuario de esa arbitrariedad? Con paciencia, no podrá hacer nada.
Si necesita saber si su sitio se encuentra en tal situación, no le quedará más remedio que recurrir a un experto SEO posicionamiento, quien analizará la situación y encontrará el modo de asesorarlo sobre cómo salir de ella.
En cualquier caso, no lo dude, tendrá que ahora sí, lo que no había pagado en los falsos sospechosos vínculos, tendrá que pagarlos ahora en verdaderos vínculos, ¿a quien? A Google por supuesto, porque no debe escapársenos un detalle importante los sitios a los que se aplica Sandbox, por supuesto, coincidentemente no pagan servicios de AddWord.
El otro detalle es que aunque decida comenzar a pagar AddWord, ya sea porque no le queda más remedio, ya que vive de su sitio, o porque difunde temas que le importan, una vez que cayó en el estigma del Sandbox, pagar AddWord no le servirá para salir de él, caerá en el ciclo de entre 9 meses a 12 meses y quizás más, en que será utilizado como conejillo de pruebas de los algoritmos que pretenden sistematizar el maligno procedimiento; una vez que adquirió el signo de la bestia, Google no se molestará en salvarlo de él.
Por ahora, no parece haber evidencias de que haya a ocurrido que alguien que ha caído en ese procedimiento haya salido indemne de él antes de las fechas indicadas.
En casi un año, claro, todo negocio se cae por el propio efecto de desaparición del buscador, ¿quienes quedan? Aquellos sitios que no dependían de ningún negocio como del que fue sospechado, con ese simple hecho, ha probado su inocencia.
Los otros, las empresas, instituciones, sitios personales que sobrevivían gracias a alguna actividad comercial, probarán su inocencia pagando ADDWord, permitiéndoles subsistir mediante ese procedimiento, el año necesario para, otra vez, remontar su situación procesal en el ranking de posiciones.
Usted se preguntará si era verdad entonces que el sitio era culpable, la respuesta es la misma que provocaba los métodos de la inquisición: no tiene importancia; aunque no lo sea, caerá en el mismo proceso, a usted le toca pagar para sobrevivir o definitivamente cambiar de mundo. En el mundo virtual las reglas son esas, sin apelación.