La fecha en que retirará del mercado el producto es el 8 de abril de 2014.

El anuncio plantea varios interrogantes.

Qué pasa con los usuarios que se nieguen a abandonar la versión, algunos dicen que es la única exitosa. ¿El haber pagado por el producto, no da derechos a ser atendido hasta que se decida dejar de usarlo?

Hay muchos equipos que por una cuestión de hardware no pueden pasar a la siguiente versión, ¿qué pasará con todos esos usuarios?

Qué pasará con las notebooks que no permiten pasar a un software superior por la misma razón.

Y sobre todo: qué pasará con los usuarios que no quieren “evolucionar”, sencillamente porque no encuentran razón para hacerlo.

La empresa declara que no habrá más revisiones del sistema y por lo tanto no habrá actualizaciones, lo que parece poner en riesgo el sistema, lo que afectará cuestiones de seguridad de los sistemas.

La empresa está recomendando pasa a la versión de Windows 7, según ellos, como siempre, anuncian herramientas más sencillas y más utilidades, pero todos sabemos que eso es más propaganda de otra cosa.

Pienso que el asunto ocurre porque en el mundo tecnológico hay dos tipos de usuarios, los que nos sumamos encantados a los cambios porque no nos gusta aburrirnos con lo mismo de siempre o los que odian tener que perder tiempo en aprender lo mismo, otra vez, pero ahora diferente.

Si se va a prestar atención a las necesidades de la mayoría habría que escuchar la queja mayoritaria: es tediosos tener que ocupar tiempo en aprender a hacer lo mismo que ya se hacía en una versión, de otra forma en la otra.

Y ese, creo, es siempre el quid de la cuestión por la que es difícil convencer a los usuarios de pasar a nuevas versiones.

Para algunos entonces, y yo diría que la mayoría, fecha de caducidad del Windows XP es una verdadera pena.

El cambio no sólo será para ese producto, seguramente traerá aparejado una necesidad de cambio en otros productos que tienen que ver con la versión, como en los programas de diseño de sitios, Flash o Dreamweaver.