Muchas veces enviamos obras a los concursos y en la mayoría de estas ocasiones, perdemos el rastro de estas obras. No sabemos si han llegado siquiera, mucho menos si acaso han llegado a alguna instancia definitoria. Suponemos, ya que somos optimistas, y esto está demostrado en que mandamos nuestros escritos a concursos, que nuestras obras están concursando, pero, ¿cuánto hay de cierto en esta afirmación?
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