El actor Kevin Smith, tuvo que bajarse del avión de la Southwest Airlines por no caber en el asiento debido a su sobrepeso.
El asunto ha levantado todas las alertas en lo que se considera un caso de discriminación.
Desde el punto de vista de la aerolíneas el sobrepeso presupone poner en riesgo a otros pasajeros, el actor ironiza al respecto con esta frase: "No rompí ninguna norma ni suponía un riesgo para la seguridad. ¿Qué iba a hacer, rodar sobre otro pasajero?"
El problema se agrava porque el actor, que dijo no tener problemas con ser gordo, compró dos asientos como hace en cada ocasión que viaja, pero esta vez, a pesar de tener los dos boletos, se cambió de horario de avión y en el nuevo horario el avión se encontraba repleto, con lo cual procedieron a hacerlo bajar.
La aerolíneas dió excusas, explicaciones y disculpas, pero la verdad es que es indignante.
Es indignante que hagan pagar a los gordo dos boletos, porque no tienen asientos más grandes.
Recuerdo que en ocasión de volar en una aerolíneas que no voy a mencionar para no genera polémicas inútiles, no podía abrocharme el cinturón, a pesar de tener un peso normal, porque las correar eran cortas.
No vi que la aerolínea ofreciera indemnización o pago a mi persona por haberme hecho correr el riesgo de viajar en un asiento que presentara ese problema.
Las aerolíneas tienen que ser sancionadas por no tener comodidades para personas excedidas de peso en vez de hacer sufrir al cliente por ese hecho.
Es indignante y habría que boicotear a las empresas que no cuenten con todo lo necesario para comodidad del pasajero al mismo precio que cualquiera.
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