No siempre se trata de armas o de drogas, el negocio de la muerte se presenta a veces de maneras extrañas.
Es lo que está pasando con la Lista de Shindler, el éx abogado de la familia está tratando de rematar un de las varias listas originales de dicho documento.
Mientras Erika Rosenberg, nombrada como heredera de Emile Shindler, se opone a la venta de un documento que representa uno de los hechos heroicos más emblemáticos, indicando que debería permanecer en un museo, utilizando sus propios medios económicos pagando a abogados para evitar el oprobio.
La lista más famosa, da cuenta de los 801 judíos que trabajaban en la fábrica, salvados de los nazis, gracias a la pareja.
En palabras de Erika Rosenberg, es indignante que mientras los Schindler murieron en la miseria, alguien se beneficie con los millones a que se está rematando el documento, sólo para terminar colgada en la pared del algún millonario, cuando debería estar en un museo para que todos tengan acceso a ver el, ahora más valioso que nunca, documento.
Un coleccionista de Nueva York abrió una página para ofrecer el documento al mejor postor, partiendo de 3 millones de dólares.
Aunque se sabe que la lista está incompleta, ya que sólo hay nombres masculinos, mientras que hubo muchas mujeres que no figuran en el documento pero que se salvaron.
Dicen que la lista que se remata es de propiedad de la familia Itzhak Stern, contador de la familiar Schindler, y que la ha entregado para el remate.
Mientras, aunque no parece haber mucha suerte para Rosenberg, pues ya la Justicia en un primer fallo rechazó su pedido, insiste en que una reliquia de esa naturaleza pertenece al museo del Holocausto de Washington.
Rosenberg cuanta con el apoyo de autoridades de Yad Vashem, la institución israelí oficial, constituida en memoria de las víctimas del Holocausto, que también ha hecho declaraciones en contra de la comercialización de un documento que debe ser tomado como valor simbólico, no como un objeto para obtener retribución o ganancia financiera.
Erika Rosenberg se relacionó con la familia Schindler cuando se ocupó de la biografía de la pareja, que emigraron a la Argentina, a quienes conoció en el año 1990 a raíz de una entrevista sobre el tema de inmigración a Argentina.
Es autora de dos libros “Yo, Oskar Schindler” y “Yo, Emilie Schindler”.
Mientras Oskar Schindler regresó a Alemania en 1958 separándose de su esposa, murió en 1974, Emilie tuvo mucho contacto con Rosenberg transmitiéndole su historia, hasta que antes de morir en el 2001, con 93 años, la nombró heredera de su legado.
Mientras Oskar obtuvo algún beneficio por su ayuda a los judíos, a Emilie no le reconocieron nada, y manifestó su pena por no haber sido reconocida a la par de su esposo en la empresa de salvar judíos.
Valga este como mi homenaje especial a estos héroes y mi deseo que Erika Rosenberg logre su propósito.
|