Todo en esta vida tiene una línea en una sola dirección, y en la mayoría de los casos, las “segundas” oportunidades no rectifican las anteriores, solo son otras. Bajo esa seguridad deberíamos saber que todo lo que ocurre tiene sus consecuencias y nada puede hacer para vitarse.
Esta reflexión viene a raíz de un artículo que leí sobre un estudio que se realizó en 14 países para describir lo que ya se sabe, se previó y se hizo a propósito: Internet es considerada imprescindible.
Aunque el estudio apunta a los jóvenes, como si fueran la población en riesgo, en realidad el asunto nos involucra a todos, incluyendo a los que no están internet.
Y para eso que hoy es tan obvio para cualquiera, se tomaron el trabajo de saber a través de una encuesta, en vez de sencillamente circular por internet.
Esa última frase, es irónica, pero es cierta, estamos acostumbrados a que todo lo obtenemos en Internet: conocimiento, entretenimiento, sexo, podemos comprar de todo, hasta autos, lo es también irónico ya que todo lo que compramos lo necesitamos para los momentos en que no estamos en internet, que son cada vez menos.
Ahora que según yo la cuestión es: para qué. Para qué vamos a estar fuera de Internet, si en ella estamos bien y por eso estamos cada vez más.
Acá aprendemos hábitos sociales, y no sociales, elegimos interactuar o no, trabajamos aca, ganamos dinero en actividades lícitas e ilícitas, y es bastante menos hincha que vestirse para ir a educarse a la universidad donde la invisibilidad del número o la visibilidad, precisamente por lo mismo, es más perturbadora que la de Internet, o también a vestirse y ponerse la careta de todos los días para ir a trabajar.
La gente que trabaja en Internet está cómoda en su casa, como la que estudia, como la que se entretuviere.
Digo yo: por qué eso es un problema. Las vida cambia, apareció el SIDA y eso fue más mortal que Internet y en vez de usar el tiempo de las encuestas y el dinero en curar el cáncer, lo usan para cuestionar ¿qué cosa?, lo que es evidente y para lo cual no necesitan encuestas por lo obvio.
En vez de demonizar a red, debería haber propuestas que provengan de las instituciones: todo lo que nos vampiriza de las redes está creado por las empresas.
Empresas de juegos, de noticias, de productos, hay de todo, nos atraen como a Hansel y Gretel con casitas de dulces: más juegos y formas fáciles de estudiar, así tenemos más tiempo para comprar, mientras dejamos todos nuestros datos en sitios como Twitter y facebook, y ahora, todos los noticieros por tv, nos empujan a comunicarnos con ellos a través de esos mismos medios.
Se diluye la frontera entre trabajo y vida personal, ¿y por qué no?, desde siempre he escuchado decir que si podes trabajar en la vida con aquello que te gusta hacer te salvaste para toda tu vida. Transitar la vida sin que nada te interese y trabajando en algo que no te gusta, y a lo que sólo le cabe la palabra “trabajo” es de un tedio infernal y prácticamente una desgracia.
Digo yo, si hasta ahora no le veo la idea a cuestionar que Internet sea todo eso que dicen como si fuera demoníaco, como si fuera algo que no deberías ser.
No sólo debería ser, sino que es, y no tiene nada de malo, salvo que los gobiernos aun no se dan cuenta que deben introducirse con propuestas que le interese a los navegantes tomándose el trabajo que se toman las empresas: invirtiendo en conocimiento, empleando a gente para trabajar en ello, desarrollando la red en direcciones que ofrece algo a todos.
Déjense de joder con las encuestas y comiencen a usar la imaginación para aprovechar Internet en vez de señalarla como si fuera sospechosa de algo.
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