Hoy en día nadie duda de las grandes posibilidades que nos dan las nuevas tecnologías. Desde plataformas virtuales se crean todo tipo de personajes y realidades que antes solamente veíamos en los dibujos animados. Ahora sin embargo, podemos ver que personas de carne y hueso parecen interactuar con esas realidades virtuales que en el momento nos parecen muy reales.
Todas las películas de animación, por ejemplo, ahora ya no sólo presentan a personajes en dos dimensiones, sino que pareciera que se hace escultura digital para crearlos. Incluso, si es que hemos visto algunos programas sobre cómo hacen algunas películas de animación, vemos que hay todo un equipo dedicado exclusivamente a crear personajes en tres dimensiones como si se tratara de hacer un muñeco de barro. Es escultura digital si lo queremos llamar de algún modo.
Apuntalando mundos virtuales
Por otro lado, sabemos que es necesario que todo este mundo tenga dónde caber, dónde ser creado. ¿Se ha puesto a pensar en cuánta capacidad de almacenamiento debe tener un servidor que contenga, por ejemplo, todos los personajes de “Toy Story”? Quizá un curso de servidores Windows nos daría luces acerca de este asunto, pero de lo que no queda duda es que se necesitaría abundante espacio en disco duro para que todo marche bien.
En otras palabras, una película de animación requiere de un sostén tecnológico poderoso y potente. Quizá solamente así nos demos cuenta de que crear mundos no es tan sencillo como quisiéramos. Quizá podamos aprovechar para hacer una reflexión acerca de ese afán nuestro por querer hacer el mundo a nuestra medida cuando es una pretensión demasiado elevada para nosotros. Por lo menos en el mundo real no podremos hacer cambios significativos individualmente; pero la tecnología nos permite crear mundos virtuales al modo que queramos sin límites. Así que imaginemos todo lo que podamos que estos nuevos tiempos nos han dado nuevas posibilidades, nuevos poderes. |